A raíz de lo anterior, para los productores de todo el mundo es vital mejorar su obtención y manejo.

Considerando lo anterior, el profesor de la Universidad Nacional de Colombia (UN) Sede Palmira, Herney Vásquez, desarrolló el patrón Flying Dragon como portainjerto enanizante para variedades de naranja y mandarina en el marco de su trabajo de grado de Maestría en Ciencias Agrarias.

De acuerdo al investigador, la correcta selección del porta-injerto es una decisión clave, puesto que formará parte del sistema radical de la variedad elegida, la cual es responsable de la absorción de agua y nutrientes. No obstante, se puede permitir el crecimiento de una variedad en condiciones ecológicas determinadas, pero sin resistencia ni tolerancia a enfermedades, destaca Agencia de Noticias UN.

“Más de 20 características pueden ser influenciadas por el porta-injerto, incluyendo el vigor y tamaño de la planta, la tolerancia al frío y la adaptación a condiciones del suelo como salinidad, alcalinidad y acidez”, señaló.

Vásquez realizó sus experimentos en la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria [Corpoica], sede Palmira, en cuatro parcelas de 20 metros de largo por 15 metros de ancho. Cabe señalar que, además de Flying Dragon, se sembraron patrones como troyer, carriso, sunki x english, mandarina Cleopatra y 4475, a los que se injertaron variedades de naranja Sweet Orange, salustiana, arrayana y clementina.

La investigación arrojó que las naranjas y mandarinas injertadas en Flying Dragon presentan tolerancia a condiciones desfavorables con las mínimas labores agronómicas, donde el tamaño de los árboles obtenidos osciló entre 1,8 y 2 metros.

Por otro lado, descubrió que el patrón enanizante puede utilizarse en densidades de siembra de entre 900 y 1.000 árboles por hectárea en naranjas salustianas, obteniendo producciones estimadas de 73,44 y 84,70 toneladas por hectárea. Esto, considerando el diseño de siembra, ya sea en forma de cuadro o de triángulo.

En el caso de la naranja Sweet Orange, el estudio arrojó que se pueden sembrar entre 777 y 891 árboles por hectárea, con producciones que varían entre 52,9 y 61,1 toneladas por hectárea, cifra que supera a los otros patrones evaluados.

Las densidades de siembra de la mandarina arrayana, oscilan entre 500 y 570 árboles por hectárea, obteniendo una producción estimada de 31,1 y 35,9 toneladas por hectárea. Mientras que la clementina, alcanzó una siembra de entre 918 y 1.061 árboles, con una producción de hasta 78,7 toneladas por hectárea.

De esta forma, los resultados del estudio representan una noticia positiva para la agricultura colombiana, considerando que los 22 departamentos que producen cítricos cuentan con una extensión de 62.000 hectáreas cada año, las que generan 991.090 toneladas anuales, según datos del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural.