
Así lo relata Roberto Varela, gerente ejecutivo de la Cámara de Exportadores de Citrus del NEA (CECNEA), quien describe un panorama marcado por fuertes heladas, altos aranceles y una reconfiguración forzada de los destinos de exportación.
Según Varela, el golpe más duro ocurrió a inicios de julio, cuando una helada excepcional paralizó por completo la actividad. "Tuvimos temperaturas extremadamente bajas durante varios días, justo cuando la exportación estaba tomando ritmo", afirma. El impacto fue inmediato: entre el 50% y el 70% de la producción de naranjas y mandarinas resultó afectada, lo que obligó a suspender envíos durante un mes y dejó solo cerca del 40% de la fruta disponible para abastecer el mercado interno, la exportación de corta distancia y la industria.

Ante la imposibilidad de garantizar la calidad para tránsitos largos —fundamentales para llegar a Europa o Filipinas—, las exportaciones debieron redirigirse. "Nadie quería arriesgar envíos de más de 30 días. Por eso concentramos la oferta en destinos cercanos como Brasil y Paraguay", explica. También se habilitaron volúmenes puntuales hacia Filipinas y se realizó un primer envío a Ecuador.
Los precios, pese a la oferta limitada, no compensaron los costos crecientes que enfrenta el sector. La caja de naranjas se ubicó en límites inferiores de precio de mercado, tanto para mandarinas como para naranjas, ingresos que, según Varela, se ven limitados por la estructura impositiva Argentina y por el arancel del 16% que pagan los cítricos dulces al ingresar a la Unión Europea, una barrera que resta competitividad frente a otros orígenes del hemisferio sur.
En cuanto a las demandas de los mercados, Varela destaca que la calidad, la inocuidad y las certificaciones de trazabilidad son requisitos cada vez más estrictos, junto con la preferencia por calibres específicos. Menciona así mismo que muchos destinos —especialmente Estados Unidos, cuya apertura está en proceso— exigen mandarinas sin semillas, una adaptación de cultivo y varietal que el NEA está acelerando.
Respecto al contexto económico argentino, el dirigente señala que las reformas del gobierno de Javier Milei han simplificado trámites y agilizado operaciones financieras, pero aún no generan alivio en los costos productivos ni en la carga tributaria. "Los cambios macroeconómicos no se han traducido todavía en una mejora directa para la actividad", sostiene.

Mirando los próximos años, la CECNEA tiene como prioridades avanzar en nuevas variedades, agilizar la logística —hoy limitada por la baja frecuencia de servicios navieros— y seguir de cerca las negociaciones del acuerdo Unión Europea–Mercosur, que podría redefinir el marco arancelario.
Otro eje de trabajo será la gestión del agua. Aunque el NEA cuenta con abundancia hídrica, Varela advierte que los excesos también generan problemas: mayor difusión de enfermedades, pieles más gruesas y dificultades de cosecha por plantas mojadas durante la mañana. "El desafío para la citricultura en este campo es encontrar un equilibrio hídrico que permita mantener calidad y competitividad", concluye.
Para más información:
Roberto A. Varela
CECNEA
Argentina
Tel.: +54 9 3454 09 4638
roberto.varela@cecnea.com
www.cecnea.com
Fecha de publicación: mar. 25 nov. 2025
© FreshPlaza.es / Diana Sajami
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