Por lo menos hasta abril de 2010, tal vez por más tiempo, el régimen de lluvias retornará a la normalidad, al igual que las temperaturas medias en zonas de producción.
El clima del hemisferio occidental está determinado fundamentalmente por la temperatura del agua del océano Pacífico ecuatorial -y en medida menos previsible por el Atlántico Sur- por lo que los fenómenos que allí ocurren son seguidos meticulosamente por Centros Científicos Internacionales. De allí surgen los diagnósticos de la situación meteorológica que esta vez confirmaron las buenas noticias para la Argentina, con el fin de la seca.

Según acaba de informar el Sistema de Información Meteorológica de la Bolsa de Cereales y Productos de Bahía Blanca, para el período trimestral de octubre a diciembre de 2009 y un avance para enero a fines de marzo, confirman la existencia del fenómeno El Niño que asegura agua para la Argentina, de la misma forma que está causando estragos en Centroamérica por efectos exactamente inversos.
En las últimas semanas, afirma, las aguas oceánicas del Pacífico Ecuatorial se han mantenido con condiciones térmicas indicativas de un Evento El Niño de intensidad “débil a moderada”. Así, hasta noviembre “los nuevos estudios, indican una probabilidad del 89 por ciento de que continúen las actuales condiciones de El Niño” y del 85 por ciento que se mantengan hasta diciembre. Para los primeros meses del 2010, decrece su fortaleza, pasándose al 80 por ciento en el trimestre diciembre a febrero y sólo del 25 por ciento de mayo a julio, para retomar potencia en el otoño de 2010 y la entrada al invierno. Vale consignar que una situación neutral se da con una probabilidad de entre el 10 y el 25 por ciento.

Proyecciones hasta fin de año

En rigor el pluviómetro hasta fin de año señala niveles por sobre lo normal únicamente en el Noreste de Argentina, sur de Paraguay y Brasil y sobre Uruguay. Pero esas mayores precipitaciones pueden, indica la Bolsa de Bahía Blanca, “transformarse en una potencial fuente de vapor de agua que favorecería las precipitaciones en la llanura pampeana”.

Por lo que hace a las temperaturas esperadas, en este trimestre se registrarían niveles superiores a lo normal el extremo Noreste, en Misiones y Formosa, las provincias del NOA y en algunos sectores de Chubut y Santa Cruz. El resto del país se encuadraría en los promedios históricos para esa época.
“La normalización, tanto para las precipitaciones como para las temperaturas, es un pronóstico alentador debido a que atenúa los efectos adversos de la sequía que aún persisten, indica, agregando que lo ya llovido fundamentalmente desde septiembre “magnificó de algún modo el beneficio de las precipitaciones registradas para la producción vegetal”. Para la ganadería, enfatiza, las lluvias fueron “fundamentales para aquellos lotes de verdeos que no se han perdido por la seca, brindando la posibilidad al productor de poder llegar a la parición y a la lactancia del rodeo (momento de máxima demanda alimenticia) con un recurso estratégico en la cadena forrajera”.

Recuperación de lotes

“También es fundamental para el rebrote de estos, de las pasturas y de los campos naturales, permitiendo ser un poco más optimista con la producción de pasto; además, de cumplirse las perspectivas, ayudaría a recuperar la condición corporal general de los animales de cara a un nuevo servicio”, añade.

También menciona especialmente que en el sur de Buenos Aires y La Pampa, va a permitir una cierta recuperación de los lotes “volados”, mientras que en el oeste, centro y sudeste bonaerense “presenta mejores condiciones de reserva edáfica, tanto para afrontar la etapa de mayor demanda de los cultivos de fina, como para encarar la gruesa 2009/10”.
Las precipitaciones tendientes a la normal, concluye, procurarán en un principio, una mejor expectativa para recargar los perfiles de cara a la campaña gruesa y esa perspectiva “puede incentivar al productor a utilizar mayor tecnología en insumos y procesos, aumentando las posibilidades de obtener mejores rindes y resultados económicos”.