Un nuevo problema se suma a los múltiples contratiempos de la malparada citricultura valenciana. Una planta enredadera importada de Brasil invade los campos de naranjos, lo que obliga a los agricultores a mantener una mayor vigilancia y actividad, porque los ejemplares se camuflan con el follaje de los árboles y a menudo pasan desapercibidos, y sólo pueden eliminarse manualmente, no hay herbicidas eficaces contra esta especie.

La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) ha alertado sobre la inusitada expansión de la 'Araujia sericifera', más conocida popularmente en Sudamérica como 'miraguano', que constituye ahora, en los campos valencianos, la mala hierba invasora más problemática. No es la única, pero sí la más difícil de eliminar, y no sólo es una mala hierba, porque se encarama a los árboles.

Según pueden comprobar a diario miles de citricultores valencianos, el 'miraguano' crece con inusitada rapidez y se mimetiza con el naranjo que invade. Los servicios técnicos de AVA señalan que sus hojas son de forma similar a las del naranjo, así como sus flores, que pueden pasar como si fueran de azahar. Esta similitud, junto al hecho de que las semillas germinan debajo de la copa del árbol, al arrimo de las ramas más bajas o junto al tronco (allí se mantiene más la humedad, sobre todo si el riego es a goteo), hace que sea difícil detectar la presencia de esta enredadera hasta que adquiere un gran tamaño y sus brotes más tierse hacen evidentes.
El proceso es muy rápido. La planta utiliza el ramaje del árbol para crecer sobre el, hasta invadirlo por completo. Enseguida florece y fructifica, y de cada fruto salen cientos de semillas que son esparcidas por el viento, por los pájaros o con el agua de riego. Cuesta arrancarla del ramaje y al romperla suelta un latex que en algunos casos ha causado reacciones alérgicas. Además hay que eliminar sus raíces profundas con una azada para que no vuelva a brotar. Pero al poco tiempo surgen otras al lado, y no hay herbicida efectivo contra ella.

La 'Araujia' se utiliza como planta ornamental en jardines de chalets. Fue traída de Brasil y Argentina porque es una enredadera vistosa y crece con rapidez, con lo que cubre deprisa cercas y vallados. Pero desde ahí llegan las semillas también a los campos, donde ahora prolifera sin control.

Su presencia masiva es sintomática de cultivos descuidados o abandonados, pero desde estos intenta también colonizar la planta los huertos cuidados, donde ha de multiplicarse la vigilancia y el trabajo para evitar disgustos, porque cuando el 'miraguano' cubre un árbol, este decae, al arrebatale la luz, el agua y nutrientes.
Para AVA es una prueba más del peligro de importaciones sin control y sin evaluar riesgos, y también del deterioro agrario y paisajístico por el cierre de explotaciones al no ser rentables.

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