Un trabajo conjunto que llevaron adelante representantes de la producción y la industria citrícola del Norte, los gobiernos provinciales de Salta, Jujuy y Tucumán y el gobierno nacional permitió que en el presupuesto nacional votado ayer en la Cámara de Diputados se incorporen $ 90 millones para que el Senasa pueda combatir el HLB e implementar políticas fitosanitarias. El HLB es la enfermedad más destructiva para la producción citrícola.

"Esto es algo muy positivo logrado por el sector público y el privado", señaló Lucas Méndez Trongé, representante de la Asociación Citrícola del NOA.

Tras la inclusión y votación en Diputados de esa partida, ahora falta la aprobación en el Senado.

Según trascendió, no sólo se fortalecerán barreras fijas y se sumará tecnología a ellas, sino también se pondrán barreras móviles para intensificar el control. Se aplicará una tecnología que vía la lectura de patentes de camiones permitirá saber si están circulando con un documento de tránsito vegetal. Luego, se podrá inspeccionar la carga que llevan.

El HLB es una enfermedad que se propaga por material vegetal y también por una chicharra de los cítricos, que vuela y ataca cualquier planta cítrica. Se trata de una enfermedad que hasta el momento no tiene cura y que, según las mismas estimaciones oficiales, pone en riesgo en el país 100.000 puestos de trabajo en toda la producción citrícola.

Tucumán, la mayor productora de limones, es libre de esa enfermedad. En tanto, en otras provincias se han detectado casos positivos y se sospecha del ingreso ilegal de plantas desde países vecinos.

Recientemente, en Entre Ríos se detectaron insectos portadores, pero no la presencia de la bacteria en plantas. Allí los productores aportaron $ 800.000 para un plan paralelo al Senasa.

En los Estados Unidos, la enfermedad generó pedidas por más de 10.000 millones de dólares. En Brasil afectó a más de 200.000 hectáreas.

En la Argentina, el tema también preocupa a las empresas. Coca-Cola se unió a productores para prevenir la enfermedad. En el país esa firma compra unos 250 millones de dólares por año en jugos y derivados en la Argentina, lo que equivale a unas 42.000 toneladas.