El funcionario explicó que "el greening es considerada la enfermedad más destructiva de los cítricos a nivel mundial, está presente en varios países de Asia, África y del Medio Oriente y en el año 2004 llegó a Sudamérica, afectando a 45 municipios del estado brasileño de Sao Paulo".

Asimismo señaló que "esta plaga se transmite por yemas infectadas y por insectos vectores que hacen que la diseminación dentro de la planta se produzca de manera rápida, reduciendo la vida útil y la producción de las mismas".
Cortese explicó que los síntomas que presentan las plantas afectadas por esta plaga son: "Las hojas adoptan un color amarillento, los frutos aparecen deformados, pequeños, asimétricos y caen prematuramente, la cáscara puede ser más gruesa que lo normal, con maduración despareja y las semillas suelen abortar".

Por último destacó que para evitar el ingreso de la plaga al país "es fundamental realizar inspecciones frecuentes de manera preventiva y dar el alerta en la oficina local del Senasa ante cualquier síntoma extraño; destruir las plantas afectadas, evitando así que las plantas enfermas contagien al resto del cultivo y no importar plantas o sus partes sin cumplir con los trámites correspondientes".

En la Cámara de Diputados en tanto Cortese alentó la iniciativa de legisladores del oficialismo que impulsaron una ley para dotar al organismo de un marco regulatorio de prevención para fortalecer el accionar del organismo sanitario.

La norma proyectada obtuvo la aprobación de la comisión de Agricultura y Ganadería de la Cámara baja y debe ser también aprobada por otras dos comisiones antes de que el cuerpo legislativo le de media sanción para que la trate después el Senado.