Horacio Meilán
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Una preocupación mayor de los productores agrícolas convencionales, es el costo que deben afrontar para generar y mantener sus cultivos en cada temporada.

Entre esos valores, se encuentran los diversos agroquímicos utilizados para mejorar la tierra o para combatir plagas.

Si bien existen distintos productos, los fertilizantes más utilizados por los agricultores son la urea y el fosfato diamónico.

Según un informe preliminar de la Red de Precios de Insumos Agrícolas, elaborado por técnicos del Instituto de Desarrollo Rural, entre agosto de 2007 y el mismo mes de este año el fosfato diamónico aumentó un 91%, pasando de $1,86 a $3,53 el kilogramo.

Otro de los fertilizantes aplicado con asiduidad, la urea, mostró también incrementos que, si bien no fueron tan marcados, fueron llamativos. Según la misma fuente, la variación interanual hacia el mes de agosto mostró que el precio de la urea aumentó cerca del 52%, de $1,25 a $1,90 el Kg. En ambos casos, se trata de precios promedio.

Las empresas proveedoras corroboraron estos aumentos anuales, aunque sostuvieron que "algunos productos bajaron, pero igual están muy altos con respecto a 2007".

El incremento hizo que, de tener una participación cercana al 10% en los costos de producción, los agroquímicos pasaran a ocupar más del 20% de los gastos que debe afrontar el productor en sus cultivos.

Efectivamente, los productores deben destinar más de mil pesos por hectárea exclusivamente para el gasto en productos químicos, que se agregan a la mano de obra, a otros abonos y a gastos impositivos.

"Los precios de los fertilizantes son cada vez mayores y los aumentos se pagan en dólares", indicó un productor frutícola de la zona Este, para quien el uso de agroquímicos abarca el 25% del total de los costos productivos. "Si a eso le sumamos la mano de obra (50% del costo) y los impuestos, nuestros números no cierran", señaló la fuente rural.

El gran aumento de los insumos achicó los márgenes de los productores, quienes esperan una temporada, en el mejor de los casos, poco rentable. Según este fruticultor, "parece que los precios se mantendrán igual o serán más bajos que los del año pasado", principalmente porque la crisis global está derribando los valores internacionales.

La situación empeora para los cultivos menores. Wilber Almazán, pequeño productor de ajo de Junín, entiende que los costos son tan altos que con la escasa ganancia "prácticamente no se rescatan los gastos" pues el ajo "vale cada vez menos".

Además, este tipo de agricultores suele vender su producción a galpones exportadores, "que son los que le ponen el precio", reveló Almazán.

|| Fuente: NS - Agro Diario