En porcentajes, una diferencia de precio sideral: 89 %. En otro supermercado céntrico, localizado en la esquina de las dos peatonales, la brecha disminuye. Mientras que el limón vale $ 59, la naranja orilla los $ 18. No obstante, la distancia es amplia: con lo que cuesta un kilo de limones se pueden comprar tres de naranjas y un poco más. Si bien hay una cuestión de estacionalidad en estos días, no hay limón, la diferencia con la naranja persiste todo el año. El presidente de la Federación del Citrus de Entre Ríos, Fernando Borgo, indicó que hace 15 o 20 años se erradicaron en la zona casi todas las quintas con limones por falta de rentabilidad. Pero hoy el limón vale mucho más que la naranja o la mandarina en el mercado interno y pugna por ingresar a los EE.UU.

Los carteles en dos supermercados revelan la diferencia de precios entre ambos citricos,
El kilo de limón vale $ 75 en una verdulería ubicada en Hipólito Irigoyen y Buenos Aires. Milena, la vendedora, explicó que la gente opta por no comprar o lleva uno o dos unidades. Dos limones pueden costar hasta $ 20. De hecho, es la mercadería más cara por encima de las frutas más caras que rondan los $ 50. Por ejemplo, el kilo de uva cuesta $ 55. Si hubiese frutilla o cereza, el limón sólo estaría un escalón de ambas que oscilan en los $ 100 el kilo.

Borgo puntualizó que, en estos momentos, el limón tiene un problema de estacionalidad. “El limón que está en la planta está verde. Va a empezar a volver a la normalidad en los precios en teoría dentro de un mes cuando empiece a haber más producción”, manifestó. “Por más que hubiese habido limón plantado en Entre Ríos, tampoco se hubiese estado produciendo por una cuestión de estacionalidad. No es el tiempo propicio para el limón”, expresó.

Más adelante, explicó que había mucho limón plantado en la zona pero por una cuestión de poca rentabilidad de los precios, se sacó todo el limón que estaba en la zona. “Se plantó otras variedades. Hubo una reconversión de la orientación citrícola de la zona y se pusieron muchísimas variedades de exportación, de mandarina clementina y naranjas apuntando a la exportación de fresco y por cambios políticos económicos desde fines de los 90 y principios del 2.000 que hicieron que esa exportación no valga, esa orientación la verdad es que no dio los resultados esperados”, indicó Borgo.

Asimismo, el titular de la Fecier que hace 20 años había quintas exclusivamente de limón. “La gente que recorría la zona recuerda que la ex firma Pindapoy tenía muchísimo limón plantado. Le habían hecho una apuesta muy grande al limón y se terminaron fundiendo porque el limón no cumplió la expectativa esperada”, rememoró.

¿No se analiza volver a plantar limón acá en la zona? “Los productores vienen plantando año a año algo más de limón en las quintas”, dijo. Pero los resultados se van a ver en una década y media. Borgo explicó que deben esperar siete años para que el árbol genere una buena producción y luego 15 años para pagar la inversión y obtener una buena rentabilidad.

Además Borgo puntualizó que cuando se bajó el porcentaje de jugos que se les exigía a las bebidas gasificadas y no gasificadas, allá por 1996, fue un hecho puntual que tuvo implicancias negativas para la industria de jugos. “Eso hizo que el limón que se apostaba para la industria no haya tenido la rentabilidad que tenía. El limón que había en la zona desbarrancó porque no era rentable”, mencionó.

No obstante, el titular de la Fecier señaló que el panorama es complicado para toda la citricultura. No sólo se dejó de plantar limón hace muchos años sino también naranjas y mandarinas. “Los datos que arrojó el último censo nos arrojan que tenemos una gran cantidad de plantas viejas y no se ha renovado al ritmo que se tiene que renovar la citricultura para que siga siendo pujante y eso tiene que ver con la falta de perspectivas. Es muy difícil en un país como Argentina donde no hay un horizonte de previsibilidad hacer un proyecto a tan largo plazo como es el de la citricultura. Hoy es una apuesta de riesgo apostar a la citricultura”, expuso.

“Además lo que tiene el limón es que tiene un mercado de exportación muy grande. Es una producción preciada a nivel mundial ya que no son muchos los países del mundo que tienen una gran producción: Argentina, EE.UU. México, Sudáfrica. Los demás países tienen una producción mucho menor. Argentina está tercera en el mundo en producción de limón”, señaló Borgo.

A fines del mes pasado, el gobierno de los Estados Unidos postergó por 60 días el acuerdo comercial que permitía el ingreso de limones procedentes de Argentina. Desde la Federación Argentina de Citrus dijeron que sería un “golpe” para los productores tucumanos que habían celebrado el acuerdo un mes atrás.

Tucumán

“La producción del limón en Argentina está concentrada en Tucumán. El 90 % del limón se produce en Tucumán. Tiene un microclima particular para esta variedad de citrus. No digo que no se pueda producir acá sino que tienen un clima más favorable. La competencia entre una zona y la otra, ellos se ven favorecidos”, señaló Borgo. “Fitosanitariamente nuestra zona tiene una proliferación de hongos porque es un clima un poco más húmedo quizás que el tucumano. Y eso hace que la proliferación de hongos en el limón que es sensible hace muy complicado atenderlo”, añadió.

El diagnóstico es coincidente con el que mencionaba en abril de 2013, en momentos en que el kilo de limón era caro porque rondaba los $ 17, el presidente de la Asociación de Citricultores de Concordia, Enrique Taylor. El responsable de la entidad intermedia aseguraba a DIARIOJUNIO que las plantaciones de limón fueron arrancadas hace mucho tiempo debido a la imposibilidad de competir con Tucumán. “Nosotros no podemos producir esa calidad de limón y por eso los productores lo fueron arrancando: porque no éramos competitivos. Pero nadie sabía lo que iba a pasar ahora”, dijo en referencia al costo de la fruta.

“Hoy en algunas zonas nuestras, donde no pueda agarrar heladas podría llegar a ser rentable hasta produciendo solamente para industria porque para mercado interno no podemos competir nosotros con la calidad del limón tucumano”, decía en ese momento el presidente de la entidad intermedia. “”El aceite del limón vale mucha plata en este momento como así también el jugo y la cáscara”, explicaba. “El problema es la climatología y las tierras. Las mejores tierras para el limón en la Argentina es la zona de Tucumán, parte de Salta y parte de Jujuy. Ellos tienen una gran producción de toneladas por hectárea porque se han encuadrado en toda las normas”, aclaraba Taylor.

“Con la climatología producen un limón muy bueno y por eso es la zona productora de limón del mundo. Han tenido la suerte además de que han tenido una respuesta industrial muy buena”, dijo Taylor. La diferencia entre el limón tucumano y el entrerriano es la misma que entre el pomelo producido en esta provincia y el salteño. Tiene otra calidad, otro gusto, otro porcentaje de jugo y una cáscara muy finita que nosotros no la podemos producir. Salta está considerada una de las mejores zonas para producir pomelo en el mundo, comparado con las mejores zonas de EEUU. El problema es la distancia”, señalaba en referencia al costo del flete hasta Buenos Aires. “Estamos en una franja de tierra que se considera una de las mejores zonas para mandarinas y naranjas y tenemos que producir eso”, señalaba Taylor en 2013.