Según consigna Senasa en un comunicado, la carga estaba compuesta por 200 kilos de mandarinas y 800 de naranjas, y viajaba en un vehículo habilitado procedente de Villa Celina, provincia de Buenos Aires, y destino Caleta Olivia, Chubut, pero no contaba con los tratamientos cuarentenarios exigidos para su ingreso a la Patagonia, región reconocida internacionalmente como área libre de mosca de la fruta.

La mercadería estaba entre bolsas de papas y de carbón, con lo que se pretendía vulnerar los controles que realiza el Senasa en las barreras zoofitosanitarias patagónicas. Las tareas habituales de inspección de este tipo de transportes permitieron que el personal detectara el ocultamiento y procediera a su decomiso, en aplicación de la Resolución MAGyP 38/12 y Resolución Senasa 472/14.

Cabe señalar que el ingreso de productos hospederos sin tratamientos cuarentenarios que garanticen la eliminación de la plaga representa una seria amenaza para el patrimonio sanitario de la Patagonia, libre de mosca de los frutos desde el año 2005.