Su tarea, en particular, es neutralizar los llamados radicales libres, que normalmente proceden de la oxidación y son responsables de la degeneración de las células. Unos científicos del Instituto Max-Planck de Ecología Química en Jena, Alemania, y de la Universidad de Lund, en Suecia, han demostrado recientemente que las moscas de la fruta pueden oler y detectar la presencia de estas sustancias protectoras, según informa la página web alemana gabot.de. Los olores provenientes de la degradación microbiana de estos componentes nutricionales atraen a las moscas, aumentan su apetito y alientan a las hembras a depositar sus huevos.

Los hidroxiácidos son unas sustancias secundarias de las plantas y están entre los antioxidantes naturales más importantes de los alimentos. Pueden encontrarse fundamentalmente en la fruta. Las moscas de la fruta no pueden oler directamente los hidroxiácidos. Sin embargo, mediante la acción de las levaduras, los antioxidantes forman parte del metabolismo y contribuyen a la aparición de los etilfenoles, sustancias que activan las neuronas olfativas objetivo localizadas en la boca (maxila) de las moscas de la fruta y producen el receptor de olor Or71a.