La expectativa de este encuentro que se enmarcó en los 80 años de la creación de la Escuela de Citricultura INIA estuvo centrada en la charla que brindó Silvio Lopes de Fundecitrus - Brasil, país en el cual la enfermedad del HLB ya ha afectado a tres estados.
Lopes, recordó que la enfermedad del HLB fue detectada en su país en el Estado de San Pablo en 2004.

La incidencia de HLB aumentó en un corto período de tiempo, y muchos productores abandonaron el citrus para producir caña de azúcar. El número de plantas erradicadas según estimaciones oficiales, fue de 34 millones de árboles.
Para Lopes esas pérdidas de plantas no fueron tan funestas para el sector citrícola brasileño a pesar de haberse generado un "decrecimiento" de áreas plantadas en el área de San Pablo por el HLB y por cuestiones financieras.
Hoy se habla de 450.000 hectáreas contra 600.000 de unos años atrás y la productividad a pesar de todo, aumentó porque los productores están más tecnificados, entonces la producción es la misma con 300 millones de cajas por año.

Sobre el trabajo que se realiza en Uruguay para prevenir el ingreso del HLB, Lopes indicó que valoraba el compromiso tanto del gobierno, de los institutos de investigación y de los productores. Uruguay tiene la ventaja que es relativamente pequeño, tiene un número menor de productores que Brasil, y es más fácil de organizar. Solo hay que estar atento porque la enfermedad está cerca, entonces hay que entrenar mucho a los productores para monitorear sus plantaciones.
La citricultura uruguaya, genera 17000 empleos en el Litoral del país; e INIA lleva invertidos más de un millón de dólares en los últimos cuatro años.

La inversión en investigación y desarrollo citrícola en Uruguay, es un ejemplo que Perú debiera imitar.
Sin generación de investigación e información local, el futuro no es muy alentador.