Por ellos, se escucharon argumentos de todo tipo que apuntaban a encontrar algún punto débil en las explicaciones de la responsable del organismo. No lo encontraron debido a que Guillén respondió una y otra vez cada planteo sin dejar dudas al respecto, según pudo apreciar DIARIOJUNIO.

Gustavo Cecheto, titular de la cooperativa a la que el gobierno provincial le entregó el dinero para construir una fábrica de jugos, dijo que en su momento “se equivocaron” con la cancrosis. “Si no lo paraban los productores, nos erradicaban todas las quintas y usted los sabe”, dijo.

Guillen confirmó que el HLB es transmitida de plantas enfermas a sanas por una “chicharrita” que existe en esta región. Y la bacteria que genera la enfermedad tarda tres años en desarrollarse en la planta. “Y finalmente las mata”, señaló. En ese sentido, dijo que no es una enfermedad como la cancrosis. “Todos tenemos en la memoria algún episodio de cancrosis. Soy lo suficientemente vieja como para acordarme. Si no que mata a las plantas y las plantas enfermas que están en el terreno son picadas por la chicharrita y pasa la savia de la planta enferma a la planta sana y así se va expandiendo”, señaló.



Erradicación de quintas



“Tenemos la posibilidad de poner una fábrica de jugos en marcha el año que viene pero si no tenemos producción no sé con que vamos a hacer marchar la fábrica”, dijo más adelante Cecheto.

“No entiendo porqué no va a haber jugo el año que viene. Que quede claro, no estamos planteando erradicar a los productores, estamos planteando erradicar las plantas que se encuentran en los viveros a cielo abierto”, le respondió la titular del Senasa.

La normativa que prohíbe los viveros a cielo abierto salió hace cuatro años y se les dio tres años para que entregaran las plantas que tenían. La norma cuestionada por los viveristas indica que los viveros no podían entregar plantas más allá de septiembre de 2013. “En septiembre tendrían que haber estado todas las plantas bajo cubierta y ahí fue cuando comenzó el tema de los amparos en la Justicia”, dijo.

En ese sentido, dijo que las plantas compradas a los viveros antes de esa fecha no están bajo la lupa. Pero las que fueron entregadas luego de esa fecha -cuestión que no debería haber ocurrido- no van a ser destruidas. “No queremos hacer más daño que el HLB. No vamos a ir a eliminar esas plantas. Lo que necesitamos es que nos permitan hacer un monitoreo y un seguimiento intensivo para asegurarnos que tienen plantas sanas y no enfermas”, destacó.

Más adelante, dijo que el cumplimiento de las normas es una herramienta para que los viveristas estén seguros de que tienen plantas sanas y no van a vender plantas enfermas que todavía “parezcan sanas”. Y añadió que eso fue lo que sucedió en Brasil. “Supuestamente el material genético que compra Brasil en Asia estaba certificado de plantas sanas y así les entró el HLB”, dijo.

Además de plantar bajo cubierta, las plantas deben tener la malla antiácido. “No solamente con viveros cubiertos sino con mallas antiácido para que la chicharrita no ingrese”, dijo Guillen.



Chicharrita



Guillén confirmó que el HLB se transmite de dos formas. Una de ellas, a corta distancia, a través de la chicharrita. La otra, a mayor distancia, a través de las plantas de los viveros. En consecuencia, varios plantearon controlar a los insectos antes que a los viveros. “Hay productos para combatir la chicharrita ¿por qué no combatimos la chicharrita primero?”, preguntaron desde el público

“Nosotros le recomendamos a los productores que la controlen. Eso no significa que el control sea correctamente bien hecho. Pero el tema de la chicharrita no es tan sencillo ni siquiera monitoreándola porque tiene particularidades. La población sube, baja. Por ejemplo, en el momento en que encontramos la planta enferma, estuvimos buscando la chicharrita y no encontramos lo cual no quiere decir que no hay. No es tan sencillo encontrarla, sacarla, etc., etc.”, fue la respuesta.

Mocoretá

Desde el auditorio una persona puso en dudas directamente el hallazgo de la planta enferma en Mocoretá y lo atribuyó a una especie de maniobra destinada a perjudicarlos.

Guillen dijo que una monitoreadora del Senasa sospechó que una planta de una quinta de Mocoretá podía estar enferma y por ello sacó las muestras. “En el laboratorio dio positivo dos veces a la enfermedad”, acotó. Luego se realizó un monitoreo de todas las plantas que la rodeaban y de los campos aledaños y se enviaron más muestras. “En otras plantas lo que se ha encontrado es que no hay seguridad de que estén enfermas. Las tenemos bajo control porque no se puede decir que dio claramente la presencia de la bacteria pero tampoco dieron sanas. Entonces estamos siguiéndolas mucho más de cerca para ver que está pasando”, indicó.

No hay antecedentes

“A mí técnicamente me pueden decir un montón de cosas pero enseñarme a plantar, crear y entregar en forma una planta no me va a enseñar nadie”, dijo una mujer de apellido Hurban, viverista de Concordia.

“No tengo ninguna duda que usted sabe más que yo y que muchos del Senasa sobre como plantar. No tengo ninguna duda. Puede ser que usted y su familia hace muchos años que están haciendo viveros pero reconozcamos que es la primera vez que aparece esta enfermedad en la Argentina. Todos los procedimientos y las prácticas etc., etc. que se aplicaron hasta ahora son distintos a los que se deben aplicar de acá en más. Ya no sirven de ahora en más estando la chicharrita. No es un capricho, es una medida sanitaria”, replicó Guillén.

Barreras sanitarias

Varios asistentes a la reunión criticaron la ausencia de barreas sanitarias en las rutas de acceso a Entre Ríos desde Corrientes y una mujer sostuvo que la presencia de controles a la altura de Concordia es una forma de proteger del HLB a Buenos Aires.

“Esto que estamos haciendo no es para proteger a Buenos Aires. Estamos preocupados por la enfermedad acá, no por la enfermedad en Buenos Aires. De hecho cuando la enfermedad apareció en Misiones, pusimos barreras al movimiento de fruta desde las áreas de producción de Misiones hacia Entre Ríos a pesar de que el HLB no lo estábamos encontrando en las áreas de producción. Lo encontramos en unas plantas de traspatio. No estamos defendiendo a Buenos Aires, no es cierto”, remarcó.

Peleas

“Uno puede estar más o menos enojado o puede reaccionar más o menos emotivamente pero no va a ser con las peleas que vamos a solucionar el tema del HLB”, dijo Guillén. “La única manera es encontrar tempranamente cada planta enferma y eliminarla. Hasta ahora hemos encontrado una y esperemos que sea la única”, indicó.

No obstante, la alusión a situaciones tensas, que “una vida humana no vale lo que la citricultura”, varios discursos encendidos y desafiantes que iban subiendo de tono a medida que pasaban los minutos, además de una claque que vitoreaba todos los cuestionamientos que la titular del Senasa soportó estoicamente -incluso hasta una "apretada" verbal respecto de no poder irse hasta no llegar a un acuerdo-, dejó en claro que están dispuestos a pelear y seguir en rebeldía antes que acatar la ley para evitar que llegue el HLB con las graves consecuencias para el citrus que eso implicaría.