Y es que, desde septiembre hasta ahora apenas ha llovido en el levante español, especialmente en la Comunidad Valenciana, y aunque no son las condiciones más idóneas, “nadie imaginó nunca que tendría unas consecuencias tan catastróficas,” dice Cristóbal Aguado, presidente de AVA ASAJA. “Jamás hemos sufrido problemas tan severos de calidad ni obtenido precios tan bajos”.

El efecto se ha visto en menor medida en las clementinas, aunque se han visto perjudicadas algunas variedades por diversas alteraciones fisiológicas como el ‘bufat’ (separación de la piel sobre la pulpa) y la falta de calibre, pero son las naranjas en todas sus variedades las que se han llevado la peor parte, tanto por la notable falta de calibre como por la llamada ‘clareta’ (el rajado de la piel). “Las naranjas más tempranas lograron mejores resultados en calidad, aún teniendo problemas de calibre, mientras que aquellos que esperaron a que la fruta estuviese más madura recolectaron con peor calidad y por tanto, peores precios”, explica.

El IVIA está investigando las posibles causas de la ‘clareta’, y aunque todavía no hay resultados esclarecedores, parece apuntar a las propiedades del suelo. “Aún es una incógnita, ya que ante la falta de lluvia, hemos procedido al riego de los árboles”.

Cuando se producen situaciones como éstas, un gran número de productores buscan cultivos alternativos, y si no encuentran estos cultivos, sencillamente abandonan las tierras para no perder dinero. Así pues, “si en 2013 la provincia de Valencia lideró el número de abandonos de tierras, este año puede ser de récord”, indica Cristóbal Aguado.

El sector citrícola necesita unificar su oferta y coordinar sus actividades
En estos momentos la sectorial de cítricos ha enviado cartas tanto al ministro de economía como al de agricultura, así como al presidente de la Generalitat Valenciana, informando de la actual situación y solicitando una serie de medidas fiscales y técnicas para hacer frente a estas cuantiosas pérdidas. Del mismo modo, piden la colaboración de los ayuntamientos de los municipios donde se produce cítrico.

Además, paralelamente a estas medidas, “estamos intentando reunir a todas las partes del sector implicadas, desde los productores y cooperativas hasta las comercializadoras y la distribución para acordar alguna iniciativa de coordinación de las actividades a la hora de llegar al mercado y en estrategias de marketing dirigidas a los consumidores finales”.

Cristóbal Aguado está convencido de que el sector citrícola español, con una producción de más de 6 millones de toneladas anuales, “tendrá un futuro más claro si adopta los mismos hábitos que otras organizaciones profesionales agrarias de otros cultivos en cuanto la concentración de la oferta frente a la demanda, las cuales ya han demostrado que así pueden obtenerse mejores beneficios tanto para el agricultor como para todas las partes de la cadena. Todos estamos convencidos de que la solución es ir todos juntos y no que cada uno haga la guerra por su cuenta”, reivindica. “Debemos madurar en esta dirección”.


A la espera de medidas drásticas de la CE ante importaciones sudafricanas
Si en algo sí se ha puesto de acuerdo el sector citrícola español de momento, es en la consideración de las importaciones de cítricos de Sudáfrica como un peligro potencial, ya que pueden introducir y propagar una enfermedad todavía desconocida en Europa, la llamada “Mancha Negra”, un riesgo con el que la EFSA también ha coincidido en su último informe.

“Llevamos varios años de protestas por las detecciones de dicha enfermedad en los envíos sudafricanos. Hasta ahora, las propuestas de la CE concernientes a este tema no han satisfecho en absoluto las aspiraciones del sector y se tomaron medidas insuficientes justo cuando terminó la campaña de cítricos de Sudáfrica”, manifiesta.

“En este momento empieza la temporada sudafricana y esperamos que finalmente se adopten medidas drásticas si se alcanzan las 5 detecciones de Mancha Negra, procediendo al cierre de las fronteras hasta que se adopte un sistema de inspección de enfermedades en origen, las cuales pagarían los sudafricanos y no en los puertos europeos, ya que la Unión Europea actúa así con sus productores y así esperamos que proceda con aquellos países que venden su mercancía a Europa”.

Cristóbal Aguado advierte que “Si la CE no actúa con contundencia, lo consideraremos una traición a los citricultores europeos y demostrarán que la Unión Europea no es un mercado único sino un reino de taifas donde los países que tienen intereses históricamente coloniales con terceros países intentan comprometer la seguridad sanitaria en Europa por sus intereses particulares. Creemos en un mercado libre pero no en la pasividad ante un peligro real,” manifiesta Cristóbal Aguado.

El sector citrícola ha hecho llegar el pliego de alegaciones al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA) para que defienda en Bruselas la inclusión de las mismas en el proyecto final que está preparando la Comisión Europea y cuya redacción final podría concretarse a finales de este mes de abril.



Fecha de publicación: 16/04/2014
Editor: Joel Pitarch Diago
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