Entre Ríos | Argentina - 26.04.2024
Entre Ríos 387 - Tel: 0345 421 2025 - Concordia
26.11.2013       579
Un científico jubilado inicia la "revolución naranja" para luchar contra la virescencia de los cítricos
Hace cinco años, el doctor Mani Skaria, entonces patólogo vegetal en el Centro Citrícola de la Universidad A&M de Texas-Kingsville, animó a los productores citrícolas con los que trabajaba a pensar más allá.
Los instó a dar comienzo a lo que llamó la revolución naranja.

Demasiados factores, como las enfermedades exóticas y los altos precios de la tierra y la urbanización, estaban asfixiando lentamente a los productores veteranos de cítricos, opinaba. La industria citrícola no funcionaba bien y era el momento de que los productores cambiaran sus prácticas de cultivo a largo plazo.

La revolución de Skaria, cuyo nombre se inspiró en la revolución verde del doctor Norman Borlaug y en sus proyectos de mejora del trigo (alimento básico) a mediados del siglo XX, animaba a los productores a cambiarse a plantaciones de alta densidad utilizando árboles microinjertados que producían antes los frutos. Skaria discurrió que el único modo de ir un paso por delante de las enfermedades que mataban a los árboles y de los costes prohibitivos, era producir más cítricos por hectárea y más rápido mediante métodos rentables.

En un proceso que desarrolló Skaria, se cultivan portainjertos resistentes de naranjos amargos a partir de una semilla en un recipiente cilíndrico y se microinjertan cuando el portainjerto es todavía pequeño. Pasadas dos o tres semanas, el nuevo portainjerto injertado comienza a crecer y pronto está listo para trasplantarlo en el huerto.

A diferencia de los árboles injertados de forma tradicional, los árboles microinjertados no necesitan pasar entre doce y dieciocho meses o más en un vivero antes de ser trasplantados, lo que los hace menos caros, según Skaria. Por razones que todavía no se han estudiado en profundidad, los árboles microinjertados maduran y producen fruta más rápido que los árboles cítricos injertados mediante el método tradicional. "Estos árboles microinjertados no están modificados genéticamente", asegura.

Skaria explica que este sistema ayuda a los productores a compensar las pérdidas. "En un huerto bien cuidado, suponiendo que la presión de la virescencia de los cítricos tiene una incidencia del tres por ciento al año, un huerto de alta densidad microinjertado podría suponer, sin duda, una ventaja económica, lo que no ocurre en un huerto tradicional".

Haga clic aquí para leer el artículo completo (en inglés).

Fuente: agrilife.org


‹‹ volver atrás
Reclamo por la seguridad de los productores citrícolas ingresa en la...

En el marco de una reunión realizada en Paraná, se analizó la...

“Ordenar la citricultura” fue el planteo que hizo la FeCiER al...

En la mañana de este miércoles, el presidente de la Federación del...

Elección de nuevas autoridades

PERÍODO MAYO 2024 – ABRIL 2025

Plan de acción fitosanitaria ante detección de Mosca del...

La Resolución 403/2024 del Senasa publicada hoy en el Boletín...

Se evitó el ingreso de pomelos y paltas sin tratamiento...

La mercadería que además no tenía documentación, fue detectada...

SE DESAROLLARÁ EN CONCORDIA

ORGANIZADA EN FORMA CONJUNTA ENTRE LA AIANER, EL INTA Y LA FeCiER

Elección de nuevas autoridades

Dirigirán la entidad durante el período 2024/2025

Encuentro en la Casa de Entre Ríos y en SENASA Central

El ataque de la mosca de los frutos, se considera que hoy es el...

desarrollado por artcondesign™ argentina