En el marco del Programa de Control y Erradicación de la Mosca de los Frutos (Procem), el nuevo proyecto plantea cambiar la actual estrategia que se realiza a nivel predial (donde el control químico lo hace el productor) por una nueva técnica de control integrado, donde la base es la lucha biológica a través de la implementación de la técnica del insecto estéril (TIE). Esta técnica consiste en la liberación de machos estériles que con la hembra fértil establecida no generan descendencia. Por este motivo decaen los niveles de población de la plaga y disminuye el daño. Para la implementación de esta modalidad, en un período inicial se lleva a cabo una lucha intensa con productos químicos. El Senasa prevé utilizar químicos de origen orgánico que no generan impacto ambiental negativo y tienen el mismo o mayor nivel de efectividad que los productos tradicionales para el control de la plaga. Superada esa instancia inicial de abatimiento mediante el control químico, la implementación de la técnica del insecto estéril, permitirá reducir en un 80% la cantidad de químicos con respecto al que se utiliza en la actualidad en la región con el consecuente beneficio para el medio ambiente. Regionalización del Procem La nueva estrategia consiste en la regionalización del Procem, que ya se implementa con éxito en las regiones de Cuyo y Patagonia. El programa funcionará con una coordinación nacional a cargo del Senasa y el trabajo conjunto con los gobiernos provinciales de Entre Ríos, Corrientes y Misiones; el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), universidades nacionales, asociaciones de productores y organismos internacionales. La intención es poner en marcha en esta campaña toda la infraestructura que demanda la ejecución de este programa, como laboratorios de identificación, redes de monitoreo, centros de embolsado de moscas estériles para acondicionarlas para la liberación y la instalación de una red de trampeo en toda la superficie. El Procem surgió con el objetivo de eliminar la mosca de los frutos y lograr el acceso a los mercados que no permiten el ingreso de productos provenientes de áreas con presencia de la plaga. En la Argentina se destacan por su importancia económica dos especies de moscas de los frutos (Ceratitis capitata o “del Mediterráneo” y Anastrepha fraterculus o “Sudamericana”), las cuales causan significativas pérdidas anuales a la frutihorticultura y constituyen una de las principales barreras no arancelarias que existen en este momento y que dificultan la expansión de la actividad citrícola en particular.