Las naranjas “de muy buena calidad” (aclaran los vendedores) se consiguen en el centro de Paraná a 10 pesos el kilogramo. En los barrios, como muy baratas llega a costar entre 6 y 8 pesos aunque sus detractores dicen que esas sirven “solo para hacer jugo”.

El que se asombra con los precios de la capital provincial es Dante Grigolato, presidente de la Federación del Citrus de Entre Ríos (Fecier), que aseguró a UNO que en las chacras se vende el kilogramo a “entre 70 centavos y 1 peso”.

Es decir que el precio del kilogramo, desde que sale de algún campo de Chajarí, Concordia o Federación, hasta que llega a las fruterías, en algunos casos, asciende un 1.000%.

El problema es que nadie sabe qué es lo que sucede en el medio. Los productores comienzan a mirar a las áreas del Estado que están encargadas de controlar los precios.

El problema es que con los valores muy altos, los consumidores eligen otra fruta o directamente dejan de comprar.

“En los mercados se empieza a sentir la baja de la demanda y esto es muy grave para el sector”, detalló Grigolato que además sostuvo que en la citricultura entrerriana están trabajando cerca de 60.000 personas en forma directa, entre permanentes y temporarios,

“Es inexplicable lo que está sucediendo. A los productores, en las chacras, no llegan a pagarle 1 peso el kilo de naranja”, insistió el presidente de Fecier, que reconoció que están sufriendo los mismos problemas que el resto de las economías regionales del país.


Fuente: Lavoz901.com.ar