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21.03.2013   “ES COMO UN CáNCER DE PáNCREAS, NO TIENE CURA”, DIJO SOBRE EL HLB    559
Aunque ponen en riesgo la existencia de la citricultura, “el 95 % de viveristas se niega a aceptar normas del SENASA”, sostuvo Carlos Pellichero
Aunque ponen en riesgo la producción y el negocio citrícola, “el 95 % de los viveristas de plantas de cítrus, se niega a acatar las normas del SENASA que intentan impedir que ingrese a esta zona una enfermedad mortal para las plantas conocida como Huanglongbing (HLB)”.

La afirmación fue formulada por el viverista y ex dirigente de la Federación del Citrus, Carlos Pellichero. La norma vale decirlo, no se cumple desde el 2009. El problema central es que los viveristas se niegan a invertir para producir plantas “bajo cubierta” y han presentado Amparos judiciales en el juzgado Federal de C. del Uruguay.

DOSSIER

El documento es parte del llamado “Programa de reconversión integral de la actividad citrícola” que lleva las firmas del Ministerio de Trabajo (en manos de Guillermo Smaldone) y Producción (Roberto Schunk) – Prodear/Prodaf (Ucar-Minagri).

DATOS DUROS DE LA ACTIVIDAD

De ese trabajo surge que existen 1915 productores dueños de 2.300 quintas que abarcan 56.000 has y que de ese total, el 74 % (1420 productores) se encuentran en Federación y el 25 % en Concordia (481) y que la actividad ocupa a 11.000 trabajadores en forma directa, más 169 viveros, 308 empaques y 13 empaques para exportación, además de las plantas jugueras.
Aseguran además que de la fruta producida el 64 % se destina al mercado interno y el 16 % va a la industria y el 20 % se exporta, según datos del año 2011.

PROBLEMAS…

Déficit de productividad (ventajas comparativas cada vez menos efectivas) ; se producen entre 20 y 25 toneladas por hectárea cuando en otros países la productividad es de 70/80 toneladas con mayor estabilidad (Perú o México) ; tal situación dificulta el acceso a mercados externos el resultado de eso es el sobre-abastecimiento del mercado interno y la reducción de ingresos de la cadena (viveros, quintas, empaques y procesado).

Todo esto y en virtud de tratarse de una actividad intensiva provoca lo que llaman “un drama social”.
En rigor, en uno de los cuadros donde se analiza la actividad, plantean como principal consecuencia el “desempleo, el conflicto político, la pérdida de dinamismo regional”.

ENTREVISTA A PELICHERO SOBRE LA ENFERMEDAD HLB

El HLB, es una gravísima enfermedad de la citricultura (que mata la planta) y que luego de pasar por varios países, ya está en Brasil, hay una normativa del SENASA que las plantas de citrus se deben producir bajo cubierta. La normativa es común con la de los países centrales y no es para menos, esa enfermedad si entrara en el país, destruiría la citricultura, para que se tenga una idea, dijo a DIARIOJUNIO, Carlos Pellichero, citricultor y viverista, es como un cáncer de páncreas, no tiene cura.

O sea, el SENASA obliga mediante un estricto protocolo a que las plantas deben salir de viveros, invernáculos. El problema que se plantea hoy es que a pesar de esta disposición del SENASA, la mayoría de los viveristas no quieren acatar la exigencia. Hay una negativa, por la inversión que se debe hacer y por desconocimiento de lo que es la enfermedad. Imagínese que si a un viverista se le infecta una planta porque no toma los resguardos necesarios, disemina la enfermedad por todo el país.

En virtud de esto la primer medida que se toma es producir plantas “bajo cubierta” , plantas certificadas, con yema plantines, todo, libre de virus. El problema ahora es que el 95 % de los viveristas no quieren adecuarse a estas normas, o sea quieren seguir produciendo plantas a campo abierto. Es una postura errónea, yo como viverista aprendió acatar los consejos de los que saben, los profesionales, los que estudiaron para saber como se protege de una enfermedad.
En Concordia hay alrededor de 50 viveros, en Federación muchos más, le diría que en todo el NEA hay 193 viveros, de los cuales los más grandes no son más de 30. Un vivero grande produce al año alrededor de 130.000 plantas. El costo de una planta producida bajo cubierta sale a la venta por $ 30.- (para decirlo en números redondos).
La normativa del SENASA está desde el año 2009 y aún no ha podido hacerse respetar, no se ha cumplido. Luego de la helada del año pasado, la demanda de plantas es bastante grande y el problema es que junto con la helada aparece el HLB en Misiones, frontera con Brasil, ya aparecieron varios casos en nuestro país.
El SENASA ya determinó que hasta el 31 de septiembre de este año hay plazo para entregar las plantas producidas a campo. Lo que está prohibido es injertar el plantín que está a campo, pero esto no se está cumpliendo los viveristas, el 95 % están haciendo los injertos a campo.
Hay recursos de amparo presentado por viveristas en el juzgado federal de C. del Uruguay, el SENASA hizo su descargo, intervinieron también la Federación del Citrus que, por supuesto proponen cumplir con la ley. Es muy obvio, no podemos poner en riesgo a la citricultura, es una situación gravísima y hay que tomar todos los recaudos. Los técnicos más conocedores del mundo de esta enfermedad han venido a disertar a Concordia. Todos nos aconsejaron trabajar con viveros bajo cubierta.

El argumento de los díscolos ante la justicia es que no los pueden obligar pues ese es el medio de vida de ellos. Yo como viverista voy a defender la citricultura, para que siga siendo un negocio viable, una actividad rentable. Hay que poner los pie sobre la tierra. En la zona hay alrededor de 50 mil personas que viven directa o indirectamente de este negocio.
El gobierno ha destinado algunos millones de pesos para armar cooperativas de viveristas con productores, son 4 cooperativas en Chajarí, Federación, Villa del Rosario y Concordia. Estas cooperativas estarían en condiciones de producir unas 400.000 plantas, pero la demanda supera el millón de plantas en la zona.

QUE ES LA ENFERMEDAD DEL HBL

La enfermedad Huanglongbing (HLB), también conocida como enverdecimiento de los cítricos, es una enfermedad bacteriana de las plantas que, aunque no es peligrosa para los humanos, destruye la producción, apariencia y valor económico de los árboles de cítricos, y el sabor de la fruta y su jugo. En el mundo, es la enfermedad más destructiva de las plantas de cítricos y una vez que un árbol está infectado, no tiene cura.
“Es como un cáncer de páncreas, no tiene cura”, dijo Pellichero.


Fuente: Diario Junio



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