Según un comunicado de la Generalitat, el objetivo es reorganizar y diversificar la oferta citrícola para estabilizar el mercado y mejorar la rentabilidad del cultivo mediante la introducción de nuevas variedades de cítricos.

En este sentido, el Plan de Reconversión busca desplazar la producción citrícola hacia el final de la campaña para paliar el déficit de producto con el que se encuentra el sector en los últimos meses de la temporada y poder abastecer a los mercados en buenas condiciones durante un mayor tiempo.

De este modo, durante 2012 y el año siguientes, los 516 citricultores que han solicitado la ayuda cambiarán las variedades de naranjos y mandarinos de sus explotaciones, que en conjunto suman una superficie de 3.855 hectáreas, por otras con mayor demanda de los consumidores.

Las variedades que suelen incorporan los agricultores son las de naranjo Powell, Chislett, Barnfield, Lane late, Valencia, Fukumoto y el mandarino híbrido Murcott.

A su vez, las variedades que sustituyen son las clementinas de las variedades clemenules, marisol, clemenpons y la orogrande; los híbridos clemenvilla y fortune; así como las especies de naranjo navelina y navelate.

Entre 2009 y 2011 se llevaron a la práctica 5.575 planes de reconversión citrícola por los agricultores, que representan una superficie de 6.369 hectáreas y que contaron con una ayuda de la Conselleria de 27,5 millones de euros.EFE
 

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