Esta inusual medida, no adoptada en el caso de otros países del hemisferio sur cuyas frutas han tenido algún tipo de problema fitosanitario a su llegada a puertos europeos en esta y/o anteriores temporadas, regirá por un año, y se percibe para la actividad en la Argentina como sobredimensionada (casi una barrera para arancelaria), ya que se exportan frutas cítricas frescas a Europa desde principios de la década del ´70 y en ese Continente no se registra la aparición de los agentes causantes de Mancha negra y Cancrosis de los cítricos, lo que a la vez habla del efectivo control que el sector privado y SENASA hacen sobre estas exportaciones. Las condiciones más estrictas de control a los cítricos Argentina durante la campaña de importación que se ha iniciado recientemente se tradujo en mayores controles en zonas de producción y empaques, y un nuevo sistema de inspección en puertos. A esto se agregó un sistema de trazabilidad de toda la cadena, único existente a nivel nacional y entre los exportadores frutícolas del hemisferio sur a Europa.. Todo conllevó a una mayor carga de trabajo, costos finales superiores y volúmenes de producción de todas las especies cítricas que podrá exportar Argentina a la UE ampliada en revisión de último momento. Esto último como producto de las muy estrictas medidas que impuso SENASA en la actual temporada, previendo la nueva normativa comunitaria y el mejoramiento progresivo del sistema oficial de control. Esta serie de garantías a las exportaciones citadas en el párrafo anterior fueron ofrecidas por el Gobierno argentino a los representantes españoles y de toda la Unión Europea en febrero del año en curso. No obstante la buena predisposición y la argumentación técnica presentada, la nueva Directiva comunitaria exigirá mas y costosas medidas que, en base a trabajos y fundamentos técnicos que señalan que la fruta no es un vehículo adecuado para la transmisión de enfermedades y plagas según especifica la OMC, son una nueva barrera al comercio de frutas cítricas argentinas en toda la UE.. En conclusión, referente a la futura Directiva comunitaria que reforma la Directiva 2000/29/CE, el sector productivo interpreta que esta modificación que en principio buscaba dar mayores garantías desde el punto de vista fitosanitario, resultó excesiva y poco justificada técnicamente, y se convierte en la práctica en una nueva barrera al comercio. Fuente: FEDERCITRUS