El encargado de elaborar el trabajo fue Héctor Zubrzycki, quien planteó la situación actual de la actividad, que actualmente alcanza un valor estimado en estructura de U$S190 millones, según costos de plaza y que abarca una superficie de 22.000 hectáreas, según datos oficiales.

La visión del Plan para el 2020 se centra en un posicionamiento de mayor competitividad y calidad y la misión de responder a las expectativas de los mercados, con sello de origen. Para ello se consideró necesario modernizar las etapas de la cadena con sustentabilidad y mayor competitividad, estableciendo bases estratégicas para la eficiencia en la comercialización e industrialización.

El proyecto no trata en principio de expandir el cultivo, sino de mejorar y actualizar toda la cadena de valor citrícola, incluyendo el fortalecimiento de las entidades privadas relacionadas; “la ampliación en superficie y desarrollo vendrá luego de fortalecer lo que tenemos”, señaló Zubrzycki.

En este sentido, señaló que de las 22.000 hectáreas cultivadas, sólo el 10% tiene como destino los mercados externos, por lo que se trabajará también en instalar un protocolo que contemple el manejo sanitario para uniformar tanto ese aspecto como el de calidad. En este sentido se trabajará también con el producido para el mercado interno y la industria.

Zubrzycki explicó también que Corrientes es la provincia que mejores condiciones ofrece para el crecimiento en superficie y desarrollo de la citricultura argentina, dado que posee clima ideal, suelo apto y agua de calidad y cantidad suficiente para crecer. Además, posee infraestructura, cultura y tradición citrícola e Instituciones como Inta, universidades, que brindan sustentabilidad cientifico-tecnológica para su desarrollo.

Fuente: El Litoral