“Lamentablemente, los resultados del análisis efectuados en el día de la fecha nos demuestran que la fruta ya no está apta para su exportación o, mejor dicho, se puede exportar pero con mucho riesgo”. Según el dirigente, el anticipo en la maduración del fruto ha trastocado los planes de cosecha y exportación del producto, lo que asimismo conlleva el peligro de enviarla a pesar de que la fruta no es “apta” para su comercialización. “Entonces los envíos que algunas empresas puedan hacer significa mucho riesgo con mercadería mala, que significa pérdida de dinero y, lo más importante, el desprestigio que tiene la fruta, que es muy difícil de revertir”. A estos últimos contratiempos se suman otros factores negativos para la actual temporada. El dirigente de la Asociación destacó la situación de los mercados extranjeros, como en el caso de Rusia, donde se ha registrado una sobreoferta de cítricos y algunos problemas de llegada, lo que ha provocado una caída de precios. Por lo que respecta a los mercados de Europa Occidental, se han mostrado muy exigentes “en cuanto a la calidad y pagando muy poco precio porque Sudáfrica, nuestro principal competidor, ha ingresado al mercado con cantidad muy superior a la normal y eso ha hecho que el mercado bajara, así que es un año bastante amargo para el sector citrícola”, añadió. La mala situación de este sector, que Chiarello considera en un 25%-30% del volumen regular de exportación total, “unos dos millones de cajas” en pérdidas, hace temer que tenga un impacto económico negativo en toda la provincia, sobre todo porque está considerada la primera actividad en cuanto a la mano de obra. “A medida que pasan los días estamos verificando las dificultades que vamos a tener para poder sacar esa fruta que tenemos en planta y que no tiene ningún valor económico”, precisó. Tampoco se contempla la posibilidad de destinar esa fruta al mercado interno o la transformación industrial, dada la debilidad en la demanda del primero, y los bajos precios que ofrece la industria. “El mercado interno es muy pobre, tenemos algunos estudios hechos y, realmente, el consumo de frutas frescas en el país es ínfimo”, declaró el presidente de la asociación citrícola del municipio entrerriano. En cuanto a su uso industrial, Chiarello precisó que “como alternativa, la industria es válida, pero no en circunstancias de crisis”. “El precio que paga no es compensatorio, el formador de precios de jugo concentrado es Brasil; entonces Argentina, como exportador de jugo concentrado tiene que ir detrás de un precio que marca Brasil y las economías, comparativamente hablando, son diferentes; ellos trabajan con un menor costo y tienen un volumen muy superior, lo que hace que su precio de venta no sea compensatorio para nuestros costos”.