Además, «las grandes ciudades, no consumen de acuerdo a lo esperado por el productor», explicó. Calgaro indicó que «la producción este año fue mayor, pero el mercado está un poco decaído y, en algunas variedades, se complica salvar los costos de producción». Además remarcó que «la situación climática no es beneficiosa y eso es un factor que complica la comercialización».

En cuanto al consumo, dijo que «las grandes ciudades no compran de acuerdo a lo esperado por el productor» y agregó: «Del citrus la más complicada es la mandarina, porque no tiene la salida que se esperaba; en el caso de la criolla, no tiene precio en el mercado y ya se está promediando la temporada. Se espera que las variedades de los productos de la próxima estación se comercialicen mejor».
Explicó que «mantener una quinta con un nivel de sanidad óptimo y que los rindes del año próximo sean buenos, es costoso».

No es postre

El citricultor expresó que «muchos creen que es un postre y en realidad es un alimento muy necesario para la salud, más en esta época del año, por la gran cantidad de vitamina C que posee». Por ejemplo, la pulpa de las mandarinas contiene vitamina C, vitamina B, ácido cítrico, azúcar reductora y caroteno. En la piel tiene aceite volátil y glucósido y sus semillas, aceites grasos, proteínas y sustancias amargas. Además poseen propiedades broncodilatadoras y anti inflamatorias adecuadas en el tratamiento de úlceras, ayudan al intestino y son buenas para la digestión. Es uno de los cítricos más populares en el mundo, ya que en el caso de los niños, resulta sencillo de pelar y comer; su sabor dulce y refrescante, junto a sus propiedades nutritivas, potencian el consumo en todas las edades. Pero este año, el consumo se vio afectado y a los «productores se les complica mantener la producción», señaló Calgaro.

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