La venta de plantones de cítricos se hunde por tercer año consecutivo y confirma el fin de la expansión citrícola española. Quien lanzó ayer este mensaje alarmista fue la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA). Y le puso cifras. Entre 2000 y 2006, se vendió una media de 4,81 millones de unidades. En la campaña 2008/09, «la peor de la historia en ventas», aseguran desde la organización agraria valenciana, los plantones comercializados apenas llegaron a 1,93 millones.

Las cifras, extraídas de la estadística oficial elaborada por la Conselleria de Agricultura, confirman que la comercialización de pies de cítricos ha caído hasta estabilizarse en torno a los 2 millones de unidades, una cifra que AVA-ASAJA considera «ridícula». El registro de la citada conselleria incluye alrededor del 80% de los plantones que se comercializan en España.

El estudio revela que ningún tipo de cítricos -mandarinas, naranjas, limones o pomelos- se ha salvado durante estos últimos tres años del hundimiento en la venta de plantones y que «el descalabro» en la comercialización se ha dado en esta temporada «pese a que fue la primera en la que se aplicó el Plan Nacional de Reconversión Varietal».

La caída más brusca se ha registrado en la venta de plantones de mandarinas. En el año 2000 se comercializaron 2,8 millones de unidades, aunque el tope se alcanzó un año después, con 3,47 pies vendidos. A partir de ahí el desplome ha sido constante hasta 2007, cuando se comercializaron poco más de medio millón de plantones. A cierre de 2009, fueron 460.000.
La gráfica de plantones de naranjas es más irregular. El nicho se alcanzó en 2005/06, con 3,1 millones de unidades vendidas, a partir de ahí se desplomó hasta los 1,27 millones actuales.
El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, reclamó una política que impulse un crecimiento «racional» de la citricultura y medidas que «estabilicen la superficie y producción nacional, pero que lo hagan sobre un mapa varietal rico y adaptado al mercado». Pidió «que sean otros los que crezcan sin sentido, pero que la cantidad no desbanque nunca a la calidad».

Respecto al Plan Nacional de Reconversión Varietal, Aguado afirmó que, cuando se aprobó, ya advirtieron que, «dada la alarmante descapitalización del citricultor, el financiar sólo entre un 40 y un 50% de los costes de la reconversión iba a ser insuficiente».
Llamó la antención en la evolución de ventas de pies de mandarinas tardías, una de las claves del plan de reconversión varietal. Estas clementinas permitían desestacionalizar la temporada puesto que se recolectaban hasta marzo/abril. De 475.000 unidades vendidas en 1999/2000 se ha pasado a 49.357 en la pasada campaña.

Aguado reclamó medidas para inyectar liquidez al agricultor, si es que «se quiere mantener uno de los principales valores competitivos de nuestra citricultura, la riqueza de su mapa varietal».
AVA-ASAJA también cifró el fin de citricultura como refugio de inversiones de otros sectores. En 2008, por primera vez desde 1994, los precios de la hectárea de cítricos cayeron y lo hicieron muy por encima de la media de otros cultivos, hasta un 14,2%.