La crisis crónica que soporta la citricultura provincial y autonómica desde hace más de un lustro no da tregua. De nuevo, los primeros tratos en el campo previos al inicio de la campaña las próximas semanas en las variedades más tempranas han vuelto a poner en alerta a los productores de agrios de la provincia, que temen de nuevo unas cotizaciones ruinosas que apenas alcanzan a cubrir, en el mejor de los casos, los costes de producción.
En este sentido se manifestó el secretario general de la Unió de Llauradors, Josep Botella, quién reconoció estar "preocupado" ante la presente campaña citrícola en la provincia de Castellón y en el resto de la Comunitat Valenciana. Por ello demandó a la Administración que "tome conciencia" de la situación que lleva camino de convertirse en crónica si no se toman medidas.
El representante agrícola señaló que "se prevé una reducción importante en el aforo de fruta", es decir, en el volumen de producción del campo castellonense. "Este hecho es malo para los agricultores, pero es positivo desde el punto de vista de los precios", ya que a menos oferta, en condiciones normales de mercado, deberían subir las cotizaciones percibidas por los agricultores al vender su fruta. A este respecto, Botella añadió que "las clementinas deberían cotizarse más este año".
En este sentido, los augurios de Botella coinciden con las previsiones de otras organizaciones agrarias como Fepac-Asaja, organización que ha hecho un llamamiento a los productores para que "no vendan sin precio la fruta y traten de aprovechar la escasez de producción para lograr buenos precios en las transacciones". Desde Fepac-Asaja en Castellón insistieron en la "perversa" práctica de las ventas 'a resultas' o 'a comercializar', es decir, sin precio previo por el producto para los citricultores. Este método de transacción se ha ido generalizando en los últimos años y ha agravado la crisis estructural de las rentas agrarias.
Los citricultores temen que sus demandas para que la administración tome medidas vuelvan a caer en saco roto. En este sentido, el secretario general de la Unió de Llauradors, Josep Botella, admitió que "de las administraciones no esperamos nada, porque después de la campaña pasada que fue un desastre se ha hecho bien poco, por eso no esperamos nada", dijo.
Añadió que "por nuestra parte hay desconfianza absoluta frente a la actuación de las instituciones, no entendemos cómo pueden dejar tan abandonado un sector tan importante como el agrario", dijo.
Asimismo, recordó que "nos hemos estado manifestando en Madrid por la situación de crisis que atravesamos y lo seguiremos haciendo si esto no cambia". "La Administración debería tomar conciencia y adoptar medidas efectivas", reiteró. Ante esta perspectiva, las organizaciones agrarias vuelven a plantearse movilizaciones ante lo que ellos tildan una "actitud pasiva" de las administraciones central y autonómica.

FUENTE: LAS PROVINCIAS