La nueva normativa, regulada en el Reglamento (CE) 1221/2008, permite que se puedan comercializar todos los productos excepto aquellos que presenten podredumbre u otras alteraciones que los hagan impropios del consumo, lo que supondrá la comercialización de productos defectuosos. El sector hortofrutícola español considera que esta situación no beneficia ni a consumidores, ni a productores ni a distribuidores.

Los productos que ya no dispondrán de norma de calidad comercial son puerros, berenjenas, calabacines, pepinos, endibias, repollos, coles de Bruselas, apios, espinacas, coliflores, alcachofas, zanahorias, espárragos, guisantes, judías, ajos, cebollas, melones, sandías, nueces y avellanas con cáscara, champiñones, aguacates, albaricoques, ciruelas y cerezas.

Los diez productos que mantendrán norma de calidad específica son manzanas, cítricos, kiwis, lechugas y escarolas, melocotones y nectarinas, peras, fresas, pimientos dulces, uvas de mesa y tomates. Pero incluso en estos casos se pondrán vender aquellas piezas irregulares siempre que estén en estanterías aparte y con etiquetas que los distingan de las que sí cumplen las reglas. En el caso de la venta de frutas y verduras de este tipo que tengan formas o tamaños irregulares, deberán adjuntar una etiqueta distinta de los que son comercializados con las categorías "extra" "clase I" y "clase II". Por ejemplo, esto supone que una manzana que no cumple los requisitos podrá ser vendida pero con menciones como "producto destinado a la transformación", para "ser cocinado" u otras equivalentes.

En España, Fepex considera que el desmantelamiento de las normas de calidad comercial significará eliminar la transparencia en el mercado comunitario y abrir la puerta a la oferta de baja calidad de países terceros, corriendo el peligro de que Europa se convierta en el mercado de las segundas calidades de todo el mundo.

Además, la Federación considera especialmente grave que este Reglamento, aprobado en el Comité de Gestión del 12 de noviembre, formado por representantes de los 27 países, se aprobara en contra de la opinión de 16 Estados miembros, entre ellos España y los principales países productores comunitarios.

Productores.
Las organizaciones agrarias españolas Asaja, COAG y UPA también han criticado la eliminación de las normas de venta ya que consideran que la normativa "tira por tierra" el esfuerzo del sector en defensa de la calidad y permitirá que sea la gran distribución la que imponga sus reglas.

El presidente de la Sectorial de Frutas y Hortalizas de Asaja, Cristóbal Aguado, ha advertido de que se trata de un "abuso" por parte de la UE y que contradice toda la historia comunitaria anterior, centrada en lograr productos de máxima calidad y garantías para los consumidores. Ha subrayado que esta reglamentación provocará un desequilibrio entre la oferta y la demanda y que perjudicará a los productores, mientras que para los consumidores será un "espejismo" porque al final los productos hortofrutícolas no se abaratarán sino que resultarán más caros.

El responsable de Frutas y Hortalizas de COAG, Andrés Góngora, ha señalado que la nueva normativa es una "mala noticia" para el sector hortofrutícola y ha coincidido en que, además de los agricultores, los consumidores serán los "grandes perjudicados". Ha lamentado que a partir de ahora podrá llegar al mercado producto con menos información sobre su calidad, ya que no se especificará si es de primera o segunda categoría y eso impedirá al consumidor elegir lo que quiere comprar. Además, ha criticado que restará valor a las producciones y que tampoco provocará un descenso de los precios en destino.

La presidenta de UPA Almería, Francisca Iglesias, ha criticado que sus efectos serán "muy negativos", ya que la Comisión Europa va a "tirar por tierra" todo el trabajo anterior del sector para aportar más valor a sus producciones y hacerlas más competitivas respecto a terceros países. Ha explicado que, en la práctica, "dejará la puerta abierta a la gran distribución para que imponga sus propias normas de calidad", y eso, según ha advertido, resultará muy costoso a los productores, mientras que en el caso de los consumidores no supondrá un descenso de los precios.

Por su parte, Hortyfruta ha reiterado su oposición al Reglamento porque "favorece a las cadenas de distribución y va en contra de todo lo que hemos estado promoviendo desde la constitución de la Interprofesional Andaluza de Frutas y Hortalizas, que no es otra cosa que la búsqueda de la mejor calidad de todos los productos que cultivamos, algo que fue regulado en el Decreto de Tipificación y que aportó grandes beneficios tanto a agricultores, como comercializadores y consumidores" asevera María José Pardo, gerente de la Interprofesional.

Fuente: Federcitrus.