La aparición de una muestra larvada de mosca de los frutos en la localidad de General Roca, en el Alto Valle del Río Negro, permitió establecer la celeridad con que trabajan los organismos específicos dedicados al control de la plaga, a la vez que exige que las autoridades locales refuercen los controles a los efectos de evitar el ingreso a las zonas que han sido declaradas libres.
Los mercados internacionales son muy severos respecto de las exigencias para evitar el flagelo de la mosca del Mediterráneo. Como sucediera en su momento con la aftosa, la Argentina perdió mercados importantes, hasta que las autoridades nacionales se abocaron de lleno a encontrar una solución al problema.
En ese esquema, el Senasa se preocupó por establecer pautas rígidas, lo que determinó, luego de una dura campaña, que el país fuera declarado libre de aftosa y las carnes argentinas pudieran ser nuevamente exportadas.
En el caso de la mosca de los frutos, los trabajos se iniciaron hace algo más de 15 años y la tarea desarrollada por el Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria ha sido más que importante, logrando que gran parte de los productos locales hayan logrado la calificación de libre de plagas y puedan insertarse con magníficas posibilidades en los mercados internacionales.
La labor del Iscamen no sólo alcanzó a la provincia sino que se extendió hacia el sur del país.
Es así que el Valle de Uco y los departamentos del Sur alcanzaron ese calificativo, mientras en los oasis Norte y Este sólo han logrado la calificación de "baja prevalencia", lo que determina que los inconvenientes planteados por la mosca continúan manifestándose, aunque en una medida mucho más suave que lo que sucediera tiempo atrás.
La calificación de libre de plagas alcanzó también a otras zonas del país, como los valles de la región patagónica (alto valle del río Negro y Neuquén, valle medio y el inferior del río Negro, el valle del río Colorado, General Conesa, el interior de la meseta patagónica y el valle inferior del río Chubut.
Sin embargo, días pasados debió implementarse un plan de emergencia por mosca de los frutos, como consecuencia de la presencia de una muestra larvada en el área periurbana de General Roca, en Río Negro.
Se fijó un área regulada dentro de un círculo de 14,4 kilómetros de diámetro, con epicentro en los sitios donde se produjeron las detecciones de la plaga y se trabajó de inmediato en la recuperación del área. Fue un hecho demostrativo de la forma en que reaccionan los organismos específicos, a la vez que se cumple con las reglas internacionales de dar a publicidad cuando se produce un hecho de este tipo.
En Mendoza, la tarea del Iscamen ha sido importante, trabajando no sólo en el sembrado de ejemplares estériles para erradicar el flagelo, sino que, a similitud de lo que ocurre en Chile, ha establecido controles estrictos en la frontera para evitar el ingreso de frutas, hortalizas y otros productos que pueden abrir el camino a algún tipo de plagas. Se establecieron puestos de control sanitario no sólo en las entradas a la provincia, sino que también se fijaron en los oasis centro-sur, como sucede en San Carlos y en Zapata.
Si nos atenemos al hecho de que San Juan y San Luis han adoptado criterios similares, podría deducirse que las posibilidades de ingreso de la plaga en las zonas ya declaradas libres de mosca son prácticamente nulas, mientras se sigue trabajando en el sembrado de ejemplares estériles en el resto de la provincia.
Para ello, es importante que el Gobierno provincial haya destinado 1,5 millones de pesos para la erradicación de montes frutales de pepita en abandono o en riesgo fitosanitario, el empleo de control biológico de plagas y en la promoción de utilización de elementos para la recolección de algunas plagas.
Mendoza debe continuar con esa tarea, más aún cuando recientemente recibió la visita de una misión del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, que concurrió para auditar las áreas libres de mosca. Si se logra el reconocimiento, la apertura de los mercados será inmediata, no sólo en el caso de Estados Unidos, sino que tendrá un efecto cascada sobre otros países.
Paralelamente, debe seguir la tarea de control estricto en el ingreso de mercaderías desde otras provincias para evitar que la plaga vuelva a entrar, y el mejor ejemplo de cuidado lo dio la aparición del flagelo en el alto valle del río Negro, una zona que tenía la seguridad de dobles y triples controles.
Fuente: Cuenca Rural.
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