El agravamiento de la crisis citrícola se concreta en un hundimiento generalizado de las pérdidas que soportan los productores y se está traduciendo en una fuerte pérdida de empleo y el cierre masivo de explotaciones, ante la imposibilidad que tienen sus propietarios para seguir manteniéndolas activas. En la campaña que ahora acaba, los citricultores han ingresado en bruto 899 millones de euros, 480 menos que en la temporada anterior, cuando la situación ya llegó a niveles insostenibles. Los precios de la fruta en campo son muy inferiores a los costes de producción y el sector está completamente arruinado.

La Unió de Llauradors explicó ayer los principales datos en los que se manifiesta la grave crisis generalizada en el principal sector de la agricultura de la Comunitat Valenciana, que, pese a todo, aún ha sido capaz de crecer un 4% en exportación esta campaña y contribuir con sus cifras a saldar parte del déficit exterior de la balanza comercial española.

Josep Botella y Juanma Mesado, secretario general y director de La Unió de Llauradors, explicaron ayer que ese aparente éxito de exportar más se ha conseguido otro año a base de no retribuir a la mayoría de los productores, por lo que esconde una grave problema que se está traduiciendo en el abandono masivo del cultivo naranjero y en pérdidas milenarias de puestos de trabaj.

Según calcula la Unió, en cuatro o cinco años se habrá perdido al menos el 40% de la superficie citrícola de la Comunitat Valenciana, principal región productora de España, lo que significará al menos la pérdida de unos 50.000 oempleos, de los 120.000 que mantiene el sector, directa e indirectamente.

La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja), también emitió ayer una nota informativa en la quecoincide con la apreciación de La Unió de que la actividad naranjera está en proceso de perder al menos el 40% de su potencial, pero lo fija a un plazo más corto: en sólo dos años.

Botella indicó que la debacle ya está en marcha y que «en muchos pueblos ya se sufren niveles brutales de abandonos de campos, hasta el punto de que representan además gravísimas pérdidas paisajísticas, focos de reproducción de alimañas y de riesgo de incendios».

De este modo, el hundimiento de buena parte del sector citrícola, que se mantenía de alguna forma larvada por la capacidad de resistencia del agricultor, está estallando con fuerza y sus consecuencias preocupan no sólo a los que lo dejan, sino también a quienes pueden quedarse sin trabajol, al desaparecer la materia prima, y a las autoridades municipales, que ven crecer con ello un cúmulo de problemas.

AVA aportó también un dato revelador de la cuestión: Agroseguro contabiliza este año un 30% menos de aseguramiento en cítricos.

La Unió reclama a la Administración «un plan de salvamento citrícola dotado con 1.700 millones de euros, consensuado entre la Generalitat y el Gobierno central». Además pide que no se den ayudas públicas a firmas comerciales que no paguen precios justos y anuncia que denunciará a las empresas comercializadoras que paguen a sus agricultores por debajo de los costes de producción.


Fuente: Diario Digital: Lasprovincias.es de España