“Nosotros hemos podido sacar un tercio de clementinas adelante, pero sabemos de otros agricultores que no han tenido tanta suerte”, comenta Sinisterra. Además, a la pérdida económica que supone el no poder vender el 100% de la fruta, hay que añadir el costo adicional de limpiar los árboles, ya que no deben quedar frutos en ellos de cara a la nueva temporada.

Por otra parte, al haber escasez de producto, la recolección del resto de variedades se ha visto adelantada algunos meses con el objetivo de poder cumplir con los contratos firmados con las comercializadoras. Esto explica que mandarinas Ortaniques, cuya recolección tiene lugar en marzo, se encuentren ahora mismo en los supermercados.

Además, la importación de fruta proveniente de Sudáfrica este año ha hecho que supermercados se hayan abastecido de productos de esta procedencia, “desfavoreciendo el nacional”, manifiesta Sinisterra.

La empresa valenciana se encuentra trabajando con el Certificado de Producción Integrada, teniendo como objetivo en un futuro cercano la plantación totalmente ecológica. “De momento, necesitamos seguir utilizando productos químicos para seguir combatiendo la araña y el piojo rojo de California”.