El nuevo método ha sido desarrollado por investigadores del Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente-IIAMA de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) y está siendo aplicado de forma experimental en unas parcelas de la localidad valenciana de Picassent.

Este proyecto es el resultado de un trabajo experimental desarrollado por este grupo con el fin de ayudar a planificar las necesidades hídricas y calcular el estrés de las plantas, según ha explicado uno de los participantes del estudio, Miguel Ángel Jiménez Bello.

Para obtener el diagnóstico de cada campo, los investigadores del IIAMA hacen uso de las imágenes proporcionadas por satélites de teledetección europeos y americanos, las cuales permiten analizar algunas características de los cultivos tales como la cubierta vegetal o el vigor de la planta.

"Lo que hacemos es analizar la información obtenida a través de satélites en la banda térmica, lo que permite medir la temperatura del cultivo y determinar su estrés hídrico", ha explicado Jiménez.

La base metodológica se desarrolló en Holanda y en Estados Unidos, "pero no estaba parametrizada para cítricos", que es lo que ha realizado su grupo de investigación.

El nuevo sistema permite calcular de manera más precisa el estrés de la planta, ya que analiza la evapotranspiración real del cultivo y la compara con las necesidades óptimas de agua, lo que ayuda a saber si el estrés está por encima de lo tolerable o si los cultivos están sobrerregados.

"El sistema incluye a las estaciones meteorológicas del SIAR, la lectura de los contadores, cartografía, todo en tiempo real y casi la totalidad del proceso está automatizada", ha destacado el investigador.

La aplicación de este sistema permite realizar una programación semanal del riego, ajustando las necesidades hídricas de los cultivos al grado de estrés que tienen los árboles y las previsiones meteorológicas para los próximos días.

"Gracias a ello, esta metodología permite tomar decisiones de manera instantánea, y se diferencia del sistema tradicional en el que las decisiones se adoptan con los datos climáticos anteriores a la programación y no con lo que va a pasar en el futuro", ha apuntado.

Gracias a estos sistemas de teledetección se puede calcular en una gran superficie las necesidades hídricas de los cítricos y el grado de estrés que soportan, para determinar si se encuentran dentro de los valores tolerables y evitar una merma en la producción.

Este modelo, según Jiménez, busca además un uso eficiente del agua que permita obtener la máxima producción con la mínima cantidad de agua y, de hecho, ha apuntado que tras tres años programando las necesidades hídricas en distintas parcelas se ha comprobado que su producción "se sitúa por encima de la media".

Para ello, ha señalado, se proporciona una serie de recomendaciones para cada explotación, determinando el umbral máximo y mínimo de agua que necesita la planta.

Tras ser validado en colaboración con el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) a nivel experimental en la parcela de la Reva, ahora se está aplicando a escala de comunidad de regantes en unas parcelas de Picassent con el fin de evaluar "su capacidad para asesorar" y para "obtener una mayor eficiencia de riego con la máxima productividad".


Fuente: EFE