De prosperar la iniciativa, las consecuencias serán inmediatas: habrá más quiebres de explotaciones agropecuarias y aumentará el desempleo.

Las economías regionales enfrentan una nueva señal de alerta: el proyecto de ley para cobrar un impuesto adicional sobre bebidas y cigarrillos, de aprobarse, será un duro golpe en sectores como el frutícola, vitivinícola, azucarero y tabacalero, que están enfrentando un año muy difícil con pérdidas cuantiosas que están llevando al quiebre y desaparición de muchos productores.

El proyecto de Ley estipula financiar la creación de un Ente Nacional de Desarrollo Deportivo a partir del cobro de 45 centavos por cada recipiente de bebidas alcohólicas, analcohólicas y energizantes vendidas al público, y con un gravamen de 1,5% sobre el precio al público de los cigarrillos.

Si bien la creación de un organismo como el propuesto es muy interesante, no es oportuno ni conveniente financiarlo con fondos de las economías regionales. Desde hace más de un año que la mayoría de las pequeñas y medianas producciones agropecuarias vienen sufriendo las consecuencias de la caída consecutiva en sus exportaciones, de las menores ventas en el mercado interno, de los precios en baja y de las subas permanentes en sus costos de producción, que son absorbidas con la rentabilidad del productor.

El proyecto propuesto gravaría entre otros a los vinos y a las bebidas en base a frutas, afectando a dos de los sectores que más rentabilidad han perdido en los últimos dos años. Sumado eso a que actualmente la mitad del precio que pagan los consumidores por las bebidas son impuestos. Lo mismo sucede con la industria tabacalera, donde el 70% del precio de venta son impuestos y, como sucede cada vez que se accionan este tipo de medidas, los que terminan absorbiendo el costo, son los actores del eslabón más débil, es decir, los productores.

La carga impositiva de las economías regionales se encuentra en niveles insostenibles, y por la situación que se vive en el sector, cualquier nuevo impuesto terminará de ahogar a los productores. Si bien algunos diputados aseguraron a CAME que trabajarán en la eliminación del Art. 50 del proyecto de Ley de Deportes, si ello no ocurriera, será el sello inevitable para incrementar los quebrantos entre productores y los niveles de desempleo en las economías regionales.