El presidente del IDEP Tucumán, Juan Luis Fernández, hizo un análisis de como afectará la crisis rusa al sector.

La baja del precio del petróleo inquietó al mercado internacional. Pero no parece que tendrá demasiada incidencia a corto plazo, en el mercado interno argentino. Deberían bajar sensiblemente los costos de los servicios aéreos, internacional y de cabotaje, como una consecuencia de esa tendencia. Deberían bajar también los precios de los fertilizantes base gas, fundamentalmente la urea, cosa que no ocurriría dada la oferta cuasi de oligopolio de fertilizantes.

Por otro lado, el petróleo reconocido a las productoras con explotación en el país, tiene un precio piso acordado por el Estado nacional, política que puede mejorar la posición de la compañía estatal YPF y otras petroleras locales. Pero sólo se manifestó internamente hasta ahora, con una baja simbólica de un 5% en los valores de los combustibles.

Los volúmenes de exportación sufrirán este fuerte recorte de precio y, por tanto, los presupuestos de las provincias productoras de hidrocarburos se verán sensiblemente afectados.

La devaluación del rublo está vinculada a la caída del precio del petróleo. ¿Afectará los negocios de actividades productivas de Tucumán esa situación? Impactará, fundamentalmente, al sector del limón que tiene en Rusia su mayor comprador de fruta fresca.

La devaluación del rublo, cercana al 70 %, encarece significativamente las importaciones para el mercado doméstico ruso, por lo que es de esperar una caída de nuestras exportaciones con ese destino, también el azúcar es un producto que exportamos al gigante mundial.

Debemos recordar, en situación más o menos parecida, el default ruso de agosto de 1998, con lo que los riesgos de cobranzas se incrementan sensiblemente.

El capital que ingresa por exportación se verá perjudicado. Pero, en particular, el sector citrícola, que espera una buena campaña en lo productivo y que vino diversificando fuertemente sus mercados estos últimos años, sabrá manejar la situación a partir del pragmatismo que lo caracteriza, manteniendo su volumen de exportación y defendiendo el precio de sus productos.

En términos generales es bueno que baje el valor internacional del crudo, ya que al ser importadores de naftas, gas oil y gas, los que a su vez tienen un fuerte subsidio del Estado Nacional, ayuda a disminuir el déficit público y la consecuente necesidad de emisión monetaria. Estimaciones han indicado un ahorro cercano a los U$S 2.700 millones, en base a los precios actuales del petróleo.