La Cooperativa Frutihortícola de Colonia Tunas comenzó el trabajo en su flamante planta empaquetadora de frutas, desde la cual puede procesar y comercializar su producción citrícola en condiciones competitivas. Se trata del logro de un proceso de tres años, que fue acompañado de manera articulada con otros organismos por el Ministerio de Producción de la provincia, a través del Programa de Desarrollo de Áreas Rurales (ProDeAR)

La Cooperativa Frutihortícola de Colonia Tunas surgió en el año 2011 y reúne a 11 pequeños productores citrícolas de esa zona, cercana a la localidad de San Jaime de la Frontera, en el departamento Federación.
La organización gestionó un proyecto que financiaron en conjunto ProDeAR y la Secretaría PyME y Desarrollo Regional (SePyme). La iniciativa consistió en completar la edificación de una planta de procesamiento y empaque frutihortícola y la construcción de un vivero de producción de plantas cítricas para el auto abastecimiento, acompañado por un proceso de reconversión tecnológica que incluyó la incorporación de un sistema de fertirriego en los predios.
Se trató de un proyecto integral, que pretendió fortalecer tanto los aspectos productivos como comerciales. Por un lado, el sistema de fertirriego, sumado a la posibilidad de autoabastecerse de plantas cítricas, les permite a los productores disminuir los efectos de las inclemencias climáticas (como la importante helada que sufrió el sector en 2012), lograr mayor estabilidad en los niveles de producción, y aumentar los mismos a niveles competitivos. Y al mismo tiempo, a través de la gestión de la planta de empaque, la cooperativa puede conseguir una mayor autonomía en la comercialización de su producción y conseguir un mejor reconocimiento económico.
Además de ProDeAR y SePyme, el proyecto es apoyado en conjunto por Ipcymer, CAFESG, SeNaSA, INTA, el municipio de San Jaime de la Frontera y la Junta de Gobierno de Colonia Tunas.
Autonomía comercial y mejora en el ingreso
Hugo Corradini es el actual presidente de la cooperativa, y se refirió a los resultados conseguidos en los primeros meses de trabajo en la planta de empaque, que fue inaugurada en abril.
“Llevamos realizadas cuatro cargas de entre 300 y 350 bultos o cajones por carga. Fueron hechas a la Cooperativa La Agrícola de Crespo, que a su vez las distribuyó en una cadena de supermercados de esa localidad. El contacto comercial fue concretado a través del proyecto de la Red Comercial 127/12, y se dio en el momento de la inauguración, cuando asistió un representante de la cooperativa de Crespo. Se hizo además una carga de prueba al mercado El Charrúa, de Paraná”, informó Corradini.
En términos de volumen, el presidente de la cooperativa estimó que por bulto se cargaron 18 kilogramos, lo que arrojan más de 21 toneladas de naranjas y mandarinas procesadas por la planta hasta el momento. Un 90 por ciento de la fruta es de los socios de la cooperativa y han comenzado a sumar una variedad de otro productor de la zona.
En este sentido, la responsable técnica de ProDeAR, Valeria Mosetich, destacó el impacto positivo del mismo: “A partir de la inauguración, los productores han realizado ventas desde la cooperativa por primera vez. Antes las hacían de manera individual o en pequeñas asociaciones organizadas para la venta. Se calcula que han aumentado sus ingresos en un 30 por ciento. También incorporaron al mercado local una variedad de mandarina que no era tan consumida, como la Ellendale. Además, sumaron mano de obra local para la cosecha y para el embalado con jóvenes de Tunas y otras colonias cercanas, a los que incluso les enseñaron a preparar y embalar los bins para la salida de mercadería”.
“Hay mucho por hacer”
Desde la cooperativa han generado otros contactos comerciales y se preparan para encarar la etapa más importante, que comenzará en pocas semanas, cuando se inicie el procesamiento del grueso de la cosecha. “Vamos paso a paso”, manifestó Corradini. “Lo más fuerte va a empezar dentro de un mes o mes y medio. Hay otros productores de la zona que también están solicitando el servicio (de la planta). Hay mucho por hacer”.
En referencia al vivero, el presidente de la cooperativa aclaró que si bien estaba previsto construir un solo vivero grande, se decidió armar dos viveros más chicos, de manera de facilitarles el aprendizaje de su manejo. “Se construyó el primero y estamos empezando a armar el segundo. El que ya está funcionando tiene capacidad para 3.500 plantas y van a estar listas para marzo del año próximo. El segundo vivero tendrá una capacidad similar”, comentó Corradini.
“Lo más importante es el grupo”
La cooperativa mantiene contacto con técnicos de INTA, SeNaSA, CAFESG, que los asesoran en los distintos aspectos productivos. “Queremos sumar de manera más regular a un técnico para apoyar en la generación de mercados, en los contactos con los distintos proveedores, llevar al día la documentación, y la asistencia técnica a los predios”, manifestó el productor. El grupo prevé además la realización de capacitaciones en poscosecha.
Con respecto a la manera en que se organizan para llevar adelante el trabajo, Corradini expresó: “Por ahora nos estamos manejando entre los socios. Nos ayudamos entre nosotros, para la cosecha y la carga. Pero cuando empiece el grueso vamos a necesitar tener a una persona fija”. También aclaró que las familias suelen participar de las reuniones y del trabajo de carga.

“Las perspectivas son buenas”, concluyó Corradini, “y todo se viene dando como estaba previsto. La unión está firme, estamos todos unidos. La expectativa es seguir produciendo más y con mejor calidad. Lo más importante es el grupo”.