Un investigador de la Universidad de Florida ha mapeado el ADN de una nueva cepa de la virescencia de los cítricos que podría amenazar todavía más la asediada industria citrícola de Florida, valorada en 9.000 millones de dólares. Conocer la composición genética de las diversas cepas es fundamental para encontrar una cura.

Dean Gabriel, especialista en bacteriología vegetal del Instituto de Ciencias Alimentarias y Agrícolas de la Universidad de Florida (UF/IFAS), ayudó a secuenciar y mapear el genoma de la forma más predominante de la enfermedad en Florida, y ahora, él y sus colegas han hecho lo mismo con una nueva cepa de la enfermedad descubierta en Brasil.

No existe cura para ninguna de las dos cepas, aunque los investigadores opinan que conocer la composición genética de la enfermedad es esencial para encontrar una. Gabriel explica que teniendo un "mapa de carreteras" del genoma de la bacteria, están seguros de que no habrá sorpresas con la especie brasileña, que se ha detectado ya en Texas. Además, el mapeo debería servirles de guía para realizar mejoras en los métodos de control y para dar con genes y tratamientos más utilizables.

El trabajo del equipo de Gabriel será resumido en un trabajo de investigación que se publicará en febrero en la revista Molecular Plant-Microbe Interaction. El mapa genómico ya está disponible en línea en GenBank.

En la batalla contra la virescencia, los investigadores del UF/IFAS lo han intentado todo, desde formas de erradicar el psílido hasta injertar los árboles que muestran una mejor resistencia a la virescencia.

Frederick Gmitter, obtentor citrícola y miembro del cuerpo docente del Centro de Investigación y Educación Citrícola del IFAS, asegura que su equipo de investigación ha hallado unos nuevos portainjertos experimentales que parecen dar lugar a árboles más sanos, incluso los que sufren virescencia de los cítricos. Asimismo, su equipo está estudiando unos "árboles de escape", que son árboles que se mantienen indemnes, incluso cuando están rodeados de miles de árboles infectados.

Fuente: ufl.edu