Campaña citrícola 2005/06: Dos tipos de adversidades climáticas distintas marcaron la campaña citrícola 2005/06. Por un lado la intensa sequía que comenzó en la primavera del 2005 y se extendió durante el verano y el otoño del 2006, afectando toda la región citrícola del río Uruguay. Las precipitaciones en Concordia y Monte Caseros fueron inferiores en 468 mm y 609 mm, respectivamente, a los valores normales. La sequía alcanzó inicialmente mayor intensidad hacia enero y febrero en la zona norte (Monte Caseros) pero luego se “cortó” en abril. En Concordia, si bien con déficit mensuales no tan altos en enero, fue más prolongada, alcanzando hasta junio. En cuanto a sus efectos sobre la producción citrícola 2006, se destacaron principalmente una reducción en los calibres de los frutos de los lotes sin riego, especialmente en aquellos de maduración temprana y semi-temprana, y retrasos en la maduración de los mismos, ambos aspectos, componentes importantes de la calidad requerida para la exportación. En la actualidad, se observa una tendencia en los productores lideres hacia la implementación de riego en los lotes con mayor potencial productivo para poder satisfacer la demanda hídrica de plantaciones más densas y también para lograr seguridad de cosecha con altos rendimientos exportables en situaciones como la de la campaña 2005/06. Por otro lado, las heladas ocurridas a fines de julio-principios de agosto 2006, algunas con intensidad suficiente, especialmente en la zona sur (Concordia), como para causar daños importantes en la producción 2005/06 aún sin cosechar de variedades semitardías y tardías como mandarinas Ellendale, Murcott y naranjas Valencia late y Valencia seedless. Campaña citrícola: semestre julio-diciembre 2006. La ocurrencia de temperaturas altas relativas durante junio y casi todo el mes de julio favoreció, al igual que en la campaña 2005/06, un adelanto en la irrupción de los brotes vegetativos iniciales y de los botones florales. Hacia fines de julio del 2006, la entrada de un frente frío de gran intensidad dio lugar a un brusco descenso térmico, acompañado de una secuencia de heladas meteorológicas, las que continuaron durante los primeros días de agosto, afectando en grado variable según la zona y variedades consideradas, tanto los frutos maduros aún sin cosechar de la campaña 2005/06 como la brotación y floración correspondientes al ciclo agrícola 2006/07, las que se habían adelantado por las razones recién expuestas. Los principales daños por estas heladas estuvieron especialmente localizados en la zona sur. Ello es atribuido a la intensidad y duración de las mismas, a un efecto aditivo debido a la secuencia en la que ocurrieron, y especialmente la del 31 de julio, con una mínima de –3,4 °C, una duración de 7 h 20 min. y una acumulación de 13,5 horas-grado bajo cero. Además, a ello se sumó que las temperaturas marcadamente superiores a las normales registradas durante las semanas previas, dificultaron la entrada en receso vegetativo de los cultivos y que se completasen los procesos de rustificación de los mismos. Más aún, esas temperaturas altas, indujeron el adelantamiento de las brotaciones y floraciones de la campaña siguiente, como ocurrió en cítricos y arándanos, por lo que, las bajas temperaturas afectaron estadios vegetativos y florales más sensibles al frío. “Quemado” por frío Con respecto al efecto fisiológico causado por el “quemado” por frío de un alto porcentaje de brotes y botones florales de primavera sobre la fenología vegetativa y reproductiva del ciclo citrícola 2006/07 en lotes de la zona sur, la más afectada; se pudo observar que ambos procesos experimentaron una gran recuperación hacia fines de septiembre, principios de octubre, con la irrupción de nuevos brotes y botones florales en un alto porcentaje de las ramitas terminales. Resta saber si el gasto energético que ello ha demandado a las plantas tendrá efecto en la fisiología y rendimiento productivo futuros del cultivo. Como el bajo porcentaje de botones florales de la floración inicial de primavera que sobrevivió en la zona sur a las bajas temperaturas está ubicado hacia el interior de la copas, en la zona de Concordia han quedado bien definidos dos tamaños diferentes de frutos, aquellos originados de botones florales de la brotación inicial que sobrevivieron a las heladas y un porcentaje mayoritario que se desarrolló en la floración que se volvió a producir hacia principios de octubre, luego de las heladas. Balance hidrológico Con respecto a la marcha del balance hidrológico, julio y agosto, al igual que septiembre, presentaron déficits hídricos, aunque ocurrieron lluvias que atenuaron la intensidad de los mismos. En octubre ya ocurrieron lluvias muy abundantes y bien distribuidas que recompusieron el perfil hídrico de los suelos y en diciembre volvieron a registrarse excedentes hídricos muy importantes. De modo, que si bien el invierno y el inicio de la primavera se caracterizaron por lluvias menores a las normales, luego, a partir de octubre, se han registrado importantes excedentes hídricos, de manera tal que el fin del año calendario 2006, y la entrada plena al verano y a enero, el mes que suele presentar el mayor déficit hídrico del año en su balance hidrológico, encuentra a los suelos de la región con muy buen nivel de agua, como para afrontar las próximas demandas hídricas. Más información: Sección agrometeorología agrometeea@concordia.com.ar Sección Ecofisiología y Manejo de Cultivos frivadeneira@concordia.com.ar FUENTE: BOLETÍN "NOVEDADES FRUTICOLAS EEA CONCORDIA" INTA