La autoría del libro pertenece a Natalia Luján Bermani, María de los Ángeles Buceta y María Elisa Varela, quienes realizaron una profunda y completa investigación sobre el desarrollo histórico y social de la citricultura en nuestra región, en el marco del Seminario de la cátedra “Epistemología de la Historia”, perteneciente a la currícula de la carrera de Historia y Ciencias Jurídicas que se dicta en el mencionado establecimiento educativo. En julio de 2005, como continuidad de su política de apoyo al desarrollo de proyectos de investigación, la FeCiER firmó un convenio con el Instituto de Profesorado “Concordia” para la realización de la referida investigación histórica, a través de un equipo coordinado por la profesora titular de la asignatura, Marta Julia Colman, e integrado por las citadas alumnas. Natalia, María de los Ángeles y María Elisa –por entonces estudiantes de 4° año– desarrollaron la investigación circunscribiendo el área de trabajo a las familias productoras de citrus de los Departamentos de Concordia y Federación (en este último haciendo hincapié en su cabecera y las localidades de Villa del Rosario y Chajarí). El período estudiado abarcó desde 1936 hasta 2005. Durante este lapso quedaron manifestados los inicios de la actividad en cada familia, los cambios técnicos y fitosanitarios vinculados con la actividad citrícola, la orientación comercial de la producción zonal, la ubicación geográfica de las quintas, el rescate de las familias propulsoras y la transmisión generacional, así como también la vivencia del sector en los mementos de auge y de crisis, hasta llegar a la situación actual que atraviesan los productores. Este trabajo viene a cubrir un espacio de significativa importancia en la historia reciente de nuestra región, a través del relato del desarrollo de la actividad por la cual a Concordia se la conoce como la Capital Nacional del Citrus. Palabra de las autoras El grupo decidió enfocar la investigación hacia las familias productoras “con el fin de generar un acercamiento con los productores y hacer más dinámico el trabajo, para que no solamente pasara por lo teórico; nos interesaba el contacto «cara a cara» con los grupos familiares para desentrañar porqué la citricultura es la principal actividad productiva de la zona que investigamos”, resaltó María de los Ángeles Buceta. A partir de este enfoque –y a través de la metodología de notas y entrevistas en profundidad– se le adjudicó al productor un rol protagónico puesto que una de las claves de la investigación fue la transmisión de sus propias vivencias personales y familiares. Las autoras del trabajo expresaron su “sincero agradecimiento a todas las familias y productores entrevistados por la excelente predisposición que pusieron de manifiesto para el diálogo sincero y abierto con nosotras”. La FeCiER no solamente financió el trabajo, sino que también colaboró de otras maneras, como por ejemplo con el aporte de material informativo y en tareas de logística; y además se hizo cargo de los costos de impresión de los ejemplares.